viernes, 30 de agosto de 2013

Capitulo 69: Something In The Air

Lola no solo era el nombre de uno de los muchos vicios y perdiciones, de los que se encontraba George hundido. Si no que también era el nombre de una chica, de una de las miles de chicas que había tenido en su cama y de las que no podía escapar. Lola, adolescente loca conocida en un pub a las 3 am. Parecía otro producto de los efectos del LSD, consumido, semanas atrás, por accidente. Pero no, Lola no era otra alucinación, era tan real que sus ojos brillosos y dientes perfectos lo deslumbraron, al igual que su belleza. Invitándola a su departamento para tenerla ahí tres días, como alguien que no quiere dejar ir algo muy preciado por miedo a estar solo…..por toda la eternidad.

 -George….George. ¿Dónde estás?. Pregunto la chica un poco dormida, buscándolo con insistencia
-Aquí. Contesto con voz pausada, mientras fumaba un cigarrillo frente a la ventana
-¿Qué haces aquí?, ven a dormir
-No tengo sueño Lola
-Ya veo, pensé que te habías cansado con lo de hace rato
-Pues no fue así, lo siento…..yo
-¿Qué?, ¿hice algo malo?
-No Lola, para nada, es algo mío

El problema no era solamente el insomnio que también venía sufriendo, o el cansancio de estar siempre con algún compromiso y muchas cosas que hacer; el problema era Sarah. Todavía pensaba en ella, se preguntaba que estaría haciendo ya que desde hace días no se buscaban o se llamaban y queriendo olvidarla de una vez por todas, le ordeno a Lola que se vistiera, mientras el igualmente lo hacía. Eran las 5 am, demasiado temprano para salir sin ninguna razón, pero demasiado temprano para respirar aire fresco sin que mucha gente lo molestara.

-¿A dónde iremos?. Le pregunto la chica de forma inocente
-A donde sea. Respondió apurado antes de agarrarle la mano y sacarla casi a rastras del departamento

Las calles vacías y el frio típico que hacia todas las madrugadas, fue lo que los recibió una vez afuera. Sin embargo, no se daría una larga caminata, porque George busco su auto y subió la chica a él, para luego hacerlo el mismo y encenderlo. Lola seguía confundida, pero el miedo de molestarlo se apodero de ella, por lo que no soltó una palabra, hasta minutos después cuando George detuvo el auto a la orilla de la carretera.

-¿Tienes novio?. Le pregunto como si se vinieran conociendo
-No, ¿Por qué?
-Yo tenía una pero ahora esta grave en el hospital y la chica que amo no me quiere
-¿Y por qué me dices todo eso?
-No lo sé, necesitaba decirlo
-No te preocupes, yo te quiero mucho George, te amo en realidad, ¿sabías?
-Solo soy tu amor platónico, eso no es amor
-Claro que sí. ¿Quieres demostrarle de lo que se pierde a la chica esa?
-¿Y cómo puedo hacerlo?
-Llévame a donde ella vive

Dudoso por su propuesta, George le hizo caso, estando en escasos minutos fuera del departamento de Sarah. Realmente no sabía lo que planeaba Lola, así que se quedo mirándola unos segundos, no permitiéndole salir, hasta que le dijera.

-¿Me vas a decir para que me pediste que viniera aquí?
-La chica es Sarah Robinson, ¿no es así?
-¿Cómo lo sabes?
-Yo sé más de lo que crees George. ¿Subimos o no?

En esos momentos, Sarah se encontraba durmiendo en su cama, después de una noche de juerga con algunos colegas. Ella también se estaba desahogando en esas cosas, por lo sucedido con George y no esperaba que quisiera volverla a ver, menos a esas horas, donde el timbre fue lo primero que la empezó a molestar….

-¿George?
-Hola Sarah. Saludo el chico, apenado con Lola a la par
-¿Quién es ella?, ¿Qué haces a estas horas aquí?

Pero no le dio tiempo de responder, porque Lola acerco su rostro al de George y lo beso casi forzosamente, agarrando por sorpresa a ambos. Sobre todo a Sarah que ni sabía qué hacer en tal circunstancia.

-Soy Lola, su nueva novia. Dijo la chica, después de terminar de besarlo

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Una sobredosis era lo que tenía a Victoria ahora en el hospital, internada, ya en el área de observación, después de estar un par de días en cuidados intensivos. Había entrado de urgencia y Ringo desde ese momento no se había separado de ella, excepto en ocasiones forzosas que se iban disminuyendo. Las anfetaminas fueron la razón del incidente, sin embargo, nadie la juzgo ni un segundo. Ella no era la única en el mundo con esa clase de problemas y siempre había sido tan dulce y amable con todos, que inclusive Mía iba a cuidarla cuando Ringo debía salir. Solo en un par de ocasiones había despertado, pero se sentía tan débil, que se dormía rápidamente. No obstante, Ringo seguía a la espera de que se recuperara muy pronto despertándose temprano, justamente a su lado, para luego quedarse en silencio observándolo unos segundos, hasta que decidió ir por un vaso de agua y se levanto de la silla. Escuchando su nombre cuando ya estaba de espaldas en dirección a la puerta.

-Richard. Dijo Victoria casi en un susurro nuevamente
-Vicky, has despertado otra vez. Replico muy contento, después de acercársele rápidamente
-¿Qué ha pasado?
-¿No te acuerdas?, te lo dije la primera vez que despertaste
-Ya no me acuerdo

Preocupado por esa pequeña pérdida de memoria que nada tenía que ver con lo que le había pasado. La miro con el ceño fruncido hasta que ella sonrió un poco y lo hizo sonreír a él también…..

-Tienes que dejarlas Vicky, tienes que dejar esas pastillas. Hazlo por mí
-Perdóname Ringo, no quería causarte un problema
-Ya lo sé, pero tienes que controlarte, mira a donde estas ahorita, no es un lugar agradable, te lo dijo por experiencia propia
-No debiste quedarte entonces, yo puedo sola
-No, no puedes, crees que si pero necesitas a alguien

Incomoda con lo que él le decía, volvió a ver las flores que estaban en la mesa de al lado. Sonriendo de nuevo, ya que eran sus favoritas.

-¿Quién las trajo?
-Layla, ha venido muchas veces, está muy preocupada igual que Joseph y todos los demas
-De verdad que no quería ser un problema
-Ya te dije que no lo eres

No obstante, había algo que Ringo quería decirle; algo que venía pensando seriamente desde que se encontraba ahí haciéndole compañía y aunque ella se encontraba débil y cansada, tenía ganas de decírselo o proponérselo mas bien, para estar seguro y tener otra excusa para cuidarla aun mas.

-Vicky….¿te puedo preguntar algo?
-Claro que sí, lo que sea
-¿Quieres ser mi novia?

Sus ojos azules y el tono en que se lo había propuesto, la convencieron de inmediato, que ignorando los pocos cables que estaban conectados a ella, lo abrazo y le dio un beso en la mejilla, adelantándole su respuesta.

-Me encantaría Ringo, sería muy feliz

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Gracias al gran ataque de inspiración, que había sufrido la noche anterior. Mía finalmente había terminado su novela, corriendo primero a donde Frank que también desvelado, le dio una ojeada al manuscrito y corrigió unas cosas junto a ella, dispuesto ahora a decirle algo que la agarraría por sorpresa.

-Necesitas enviarle esto a un editor
-¿Por qué?, no creo que me lo reciban
-¿Por qué no?, es bastante bueno
-Frank, no tengo experiencia y puede que no les guste. La historia es muy extraña
-Pero es ideal para estos tiempos, es lo que la gente busca
-¿No crees que si me lo publican será más bien porque soy esposa de Paul?
-Mía, las editoriales no son casas disqueras, ahí no le publican a alguien por estar relacionado con un famoso, si no por su talento y que tan buena sea su manuscrito
-¿Entonces si crees que tenga posibilidad?
-Muchas posibilidades, hace mucho no leía algo tan bueno

Sin embargo, faltaba la opinión de mas personas y prometiéndole que lo pensaría y le daría una respuesta, se fue de nuevo a su casa, donde un olor a Brownies la recibió, con Isabelle corriendo hacia donde ella.

-Mami, papá hizo Brownies y no me quiere dar. Se quejo muy molesta y cruzada de brazos
-¿Por qué no?, espera ya iré a hablar con él. ¿Sabes donde esta?
-En la cocina

Mía ni siquiera podía creer que Paul estuviese cocinando y menos brownies, así que sospechando que algo extraño pasaba detrás de eso, lo encontró en la cocina poniendo lo que ya tenía listo al lado del horno.

-¿Qué estás haciendo?
-Brownies
-¿Y porque Isabelle no puedo comer?
-Porque son brownies especiales
-¿Brownies especiales?, explícate Paul
-Son brownies con marihuana

Escandalizada por tal confesión que al final ni parecía una confesión, Mía  se le acerco a los brownies con incredulidad. Ya era el colmo que Paul hiciera una cosa como esa, pero el chico tratando de tranquilizarla la abrazo por detrás, como si así la fuera a alegrar de inmediato.

-La esposa de Barry me enseño ayer a hacerlos. Dan el mismo efecto que el porro
-Estás loco Paul, e Isa esta tan resentida contigo
-Lo sé pero ya sabré contentarla. Ahora dime….¿donde andabas?, no dormiste conmigo y cuando me desperté no estabas
-No dormí contigo porque me quede escribiendo toda la noche, ya termine la novela
-¿En serio?, eso es grandioso
-Ya se, se la fui a enseñar a Frank y me dijo que tenía potencial para publicarse
-Eso es aun mejor. ¿Me la darás para leerla?
-Por supuesto, así te entretienes en la gira y no te acuestas con nadie
-¿Celos?
-Puede ser….
-Pues teníamos un trato, así que no te quejes. Ahora vete a cambiar, recuerda que hoy viene la periodista a hacernos aquella entrevista

La entrevista, la había olvidado por completo y sabiendo que también tenía que ponerle otra cosa a Isabelle para las fotografías, se fue casi corriendo al piso de arriba, dejando a Paul solo con sus brownies especiales que de inmediato se comenzó a comer.

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Aunque lo quisiera negar, Sarah estaba muy mal por lo ocurrido temprano con George. Él ni siquiera le había dicho que no era así, si no que respaldo las declaraciones de Lola. Declaraciones que fueron una clase de revelación para ella, no porque se daba cuenta que George podía estar con quien quisiera, si no porque al fin se daba cuenta que no solamente lo quería, si no que también lo amaba y que tenia celos, muchos celos…..

-George….¿puedes venir?. Le pregunto después de marcar su número y el contestara
-¿Qué quieres Sarah?
-Necesito hablar contigo, necesito decirte algo
-¿Qué quieres decirme?, que no aceptas lo de Lola y yo
-No menciones su nombre. Replico muy molesto en un grito

Haciéndole gracia como Sarah dejaba mostrar su celos tan fácilmente, acepto ir con la condición de que no se pusiera histérica ni a llorar. Cosa aceptada ya que lo único que necesitaba para tranquilizarse era tenerlo en frente. Y por fortuna, el chico no tardo en llegar y subir a su departamento ahora solo, pero con la misma ropa que en la mañana.

-Y bien, aquí estoy. Dijo encogiéndose de hombres, una vez ella lo dejo pasar
-¿Qué haces con esa chica?, tiene como 15 años
-Eso no es de tu incumbencia Sarah
-Claro que si…..nosotros teníamos algo
-Y lo echaste a perder
-Es que tú no entiendes
-No, tu eres la que no entiende nada Sarah

Con frustración, la chica se sentó en el sillón con las manos sobre su rostro, para tratar de no cometer una locura y que George se fuera. Sin embargo, ya el comenzaba a entender lo que pasaba y no poniéndose en defensiva, se sentó a su lado, abrazándola…..

-Esa chica no es mi novia. Le dijo en el oído  para que lo mirara de frente
-¿No?. Pregunto Sarah con los ojos llorosos y mirándolo con el quería
-No, solo fue una aventura, nada importante
-Por un momento pensé….
-Pensaste mal, yo te amo Sarah y mucho
-¿Te dijo algo?
-Lo que sea
-Yo también te amo George, hoy me di cuenta de eso…….

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Aprovechando que el divorcio por fin había salido y Cynthia ya no estaba en Inglaterra. John tomo la decisión de mudarse a Kenwood con Regina y no dejar abandonada la propiedad, mucho menos al haber llegado un acuerdo con su esposa donde la casa seria de él, a cambio de una buena suma de dinero por manutención y otras cosas. Regina no estaba muy emocionada con ese cambio, ya que su departamento era lo único que había conocido y no estaba acostumbrada a vivir en lugares muy grandes. Sin embargo, John pudo convencerla justo a tiempo y ahora ya estaban ahí, metiendo sus pertenencias y viendo cuantas habitaciones estaban de sobra.

-Supongo que es raro para ti. Le comento la chica a John, cuando ya estaban por completo instalados
-¿Raro en qué sentido?
-Bueno, aquí vivías con tu esposa y ahora vives conmigo
-Eso no es raro Regina, eso es algo que me esperaba
-¿Entonces no la extrañas?
-Si un poco y a Julian muchísimo, pero ahora están en Italia, a él puedo irlo a ver cuando tenga tiempo y bueno, ella es feliz con ese tipo y eso me alegra

No obstante, Regina al ver sus pinturas terminadas y a medio terminar, recordó una noticia que le agradaría mucho a John y que le daría un nuevo comienzo a ese nuevo estilo de vida. Uno que no se esperaba pero que le resultaba bien…..

-Quieren que vaya a exponer a América
-¿En serio?, ¿Cuándo?
-En noviembre, a Nueva York y San Francisco. ¿Puedes creerlo?, estoy muy emocionada
-Pues yo ya lo estoy también, sabía que esa oportunidad llegaría pronto
-Promete no cambiarme cuando ya no este
-Ni tu cuando este de gira dentro de poco

Riendo por tales comentarios y también por saber que las cosas así de poco de serias estaban funcionando pero a la vez no, Regina quiso adivinar su estado actual con él, ya que no lo tenía muy claro y ese momento era el ideal.

-John…..¿que tenemos tu y yo?
-Una relación
-Sí, ya se. ¿Pero de qué tipo?
-Del tipo que tú quieras
-¿Y tú no importas?, pensé que tenias mas carácter en ese sentido
-Estamos viviendo en mi casa ahora. ¿Qué crees que significa eso?

Y Regina sabía muy bien que significaba. Significaba que empezarían una nueva vida juntos, algo serio, que costaría mucho que se rompiera, porque aunque eran fuertes y fríos, algo estaba surgiendo desde su interior y era algo igual de fuerte que ellos.

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Tal y como lo había dicho Brian, la periodista y fotógrafo de una revista muy importante del país, llegaron a la casa de Paul y Mía a las 2 en punto. El jardín trasero se prestaba para una sesión de fotos, pequeña, y después de tomarles algunas fotografías con Isabelle, la periodista se sentó con ambos en una mesa -que Paul había acabo de poner ahí mismo- para hacerles unas preguntas. Esperaban muchas incomodas y con doble intención, pero al final todo resulto ser muy agradable y se tomaron el tiempo para responder todo con calma, aunque esto estuviera apenas empezando…..

-¿Tenían una relación antes de casarse?. Pregunto la mujer con mucho interés. –La gente es eso lo que más se pregunta-
-Pues la verdad que si pero no era algo muy serio, Mía y yo fuimos novios hace muchos años y a partir de ahí comenzamos algo muy complicado que termino en esto. Respondió Paul con sinceridad, tomándole la mano a Mía para que no se pusiera nerviosa ya que ella no estaba acostumbrada a entrevistas y el si
-¿Entonces no se casaron por la niña?, porque dicen que fue por eso que surgió el matrimonio
-No, Isabelle nunca nos pidió que nos casáramos, lo hicimos por nosotros aunque eventualmente, también para darle una familia a ella
-Mía, ¿cuidas mucho a Paul de las fans?. Se sabe que ellas no te quieren mucho y han dicho cosas sobre ti falsas
-No me importan las fans, y no cuidado a Paul de ellas, son unas niñas, jamás le podrían dar la vida estable que yo le doy
-¿Pero si lo seducen a ti te importa?
-Estamos a mediados de los años 60’s, eso a nadie le importa ya
-Quiere decir que lo dejas serte infiel
-Eso es algo de nosotros que a nadie le incumbe
-¿Quiere decir entonces que llevan un matrimonio muy estable?

Mirándose con complicidad, Mía y Paul respondieron que si al unisonó. Dándose cuenta tanto uno como el otro,  que a pesar de todo, no habian mentido porque así era y el drama y el amor no correspondido era lo de menos, porque tenían algo estable y después de todo hermoso.

-¿Qué va a pasar de aquí en adelante?. Pregunto de nuevo la periodista, terminando ya la entrevista
-No lo sabemos pero espero que algo emocionante, aunque van a haber momentos difíciles también, estoy seguro de eso. Contesto Paul con preocupación, agarrándole más fuerte la mano a su esposa
-¿Están enamorados?

-Siempre. Contestaron de nuevo al unisonó causando risa y también dudas….

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Ultima participación de lectoras, esta vez con Larissa como Lola, ultimo capitulo con titulo y el ultimo de una etapa que cierra aquí, porque comienza una nueva en el capitulo 70. Para ese les tengo una sorpresa que no se esperan jajajajaja así que estén atentas al próximo y ahora si con esto cumplido me voy a disfrutar mi fin de semana, si el próximo tiene faltas ortografías es porque lo escribí con sueño  a falta de este mismo por culpa de una peli de terror que voy a ver XD , nos vemos y que ustedes también tengan buen fin de semana  :) 



lunes, 26 de agosto de 2013

Capitulo 68: Across The Universe

Rodeada de un manto de humo espeso y gris, Victoria observaba el techo como de si del universo se tratara. Su cabello ya largo le tapaba la mitad del rostro y su piel desnuda se erizaba por el frio, del que ella quería seguir siendo víctima. Los Beatles se escuchaban hablar en la televisión con el volumen un poco bajo y una media sonrisa era lo que exponían sus labios poco a poco.

Desde que le había dicho a Ringo que gustaba mucho de él, las cosas habían cambiado entre ambos y en su vida. Ahora no solo eran amigos, si no amantes también y gracias a ellos, ya lo sucedido con George era solo un recuerdo, entre una atracción fatal que no llego a resultar. Su vida como Mod seguía igual, las fiestas en casas de gente que no conocía, eran cosa de cada día y la música su Vespa, su más sagrado tesoro y escapatoria, al lado de las anfetaminas, que igualmente eran su escapatoria tabú. Pero su vida no era nada especial, ni nada peligrosa, comparada con la de otros. Todo el mundo estaba atrapado en una época de excesos que cada vez más se salía de control  y ella también estaba en medio de eso, con sus amigos, especialmente con Joseph, que justamente ahora estaba en el pasillo, pensando en si tocar la puerta o mejor irse. Sin saber exactamente de donde salían están dos opciones y porque se le ocurrían……

-Oh Joseph, al fin estas aquí. Dijo Victoria muy feliz, dejándolo pasar luego de que decidiera finalmente tocar
-Hola Vicky, hace semanas que no te veía
-Eso es porque te la pasas trabajando, últimamente andas mu responsable, ¿no?
-Algo así….

De un momento a otro, estaba ya en la habitación de la chica, viendo el desorden como si esto fuera algo natural y viendo con desagrado a Los Beatles que aun seguían en la televisión. El no sabía muy bien lo que pasaba entre ella y Ringo, pero igualmente no le interesaba en lo absoluto. Era la vida de Victoria después de todo y ella sabía lo que hacía….

-¿Ahora en que andan esos cuatro?, pensé que su fama solo duraría el año anterior
-La reina les va a dar el titulo de caballeros de la orden del imperio  británico y los están entrevistando sobre eso. Contesto la chica, recordando lo complacido que se encontraba Ringo cuando le conto
-Vaya, eso fue largo. Replico Joseph entre una pequeña risa, por el título del “gran honor”
-Lo sé, casi paro en medio para tomar un respiro
-Pues algo había escuchado pero pensé que era una broma. Que montón de estupidez, ¿no crees?
-Sí, si lo creo, parece que la reina ya no sabe qué hacer
-¿Por qué no vienes conmigo a celebrar la caída de la monarquía?
-¿La caída de la monarquía?, ¿ahora eres anarquista Joseph?
-No, pero estoy a punto

Pareciéndole una buena idea todo lo anterior, Victoria acepto ir con él a algún pub a celebrar la caída de la monarquía inglesa aunque fuera improbable. Los pubs ahora se estaban convirtiendo en su segundo hogar, e ir temprano a alguno no le era problema, mucho menos a Joseph que ya estaba más acostumbrado y sabia como divertirse.

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Con todo su equipaje detrás y Julian a su lado. Llego Cynthia a Italia, igualmente acompañada de Daniel, que de inmediato los trasladaría a su casa. El divorcio seguía sin salir, pero a ella no le importo irse de Inglaterra en medio proceso. Ya estaba cansada de vivir en Kenwood, para ella esa era más la casa de John y tampoco quería seguir viviendo en un lugar que le trajera tantos recuerdos. A pesar de que a su hijo le siguiera afectando todavía un poco la separación y no estuviera muy feliz.

-¿Sabes hablar italiano?. Le pregunto Daniel cuando ya iban en el auto
-No, para nada. Respondió avergonzada y poniéndose algo nerviosa
-No te preocupes, yo te enseñare y a Julian

Su casa, estaba en una villa a las afueras de Nápoles. Era una mansión construida en el siglo 17 por los abuelos de Daniel. Lo que Cynthia había sospechado y tanto escuchado, ahora se iba a volver algo real, porque el chico de verdad era millonario. Preguntándose apenas pasaron el portón principal, con quien se había metido y como Daniel se había fijado en ella. Sin embargo, esta clase de preguntas se desvanecieron rápidamente, poco después de que el auto se detuviera y el la ayudara a bajarse.

-Que linda casa. Comento titubeante, sin dejar de ver todo lo que estaba a su alrededor
-Gracias, ya la habitación de Julian está preparada, les enseñare todo cuando se acomoden
-Bien, me parece bien
-Ya los sirvientes saben que tú vendrías así que no te preocupes

Y Daniel no mentía, porque de inmediato salió el mayordomo y un par de empleados más, para ayudarlos con las maletas. Lo único de lo que tanto ella como Julian, estaban acostumbrados, era el tamaño del lugar, ya que en eso podía ser igual que Kenwood. No obstante, su interior era muy diferente: esculturas griegas en el jardín lleno de flores y arboles, una fuente que daba la bienvenida a la propiedad, una piscina más grande en el patio, habitaciones inmensas y todo con un estilo clásico que transmitía nostalgia, atrapando a Cynthia que se sentía como en un cuento o algo similar.

-Aquí viviremos ahora, te prometo que todo saldrá bien. Le dijo a Julian, apenas entraron a lo que sería su cuarto

Para Julian todo era tan nuevo, que aun así no se despejo de ella todo el resto del día, en que se dedicaron a caminar por el jardín mientras Daniel les hablaba sobre el tipo de plantas sembradas y en la noche cenaban afuera, bajo la luna y las estrellas más brillantes que habian visto en su vida.

-Gracias por todo Daniel, esto es demasiado
-No te preocupes Cyn, tú sabes que yo te amo
-Sí, pero es raro. ¿Cómo te enamoraste de mi en primer lugar?, eres mucho para mi
-No, no soy. ¿Y que como me enamore?, simple, solo mirándote a los ojos
-Eres un cursi a veces
-Y tú muy pesimista. Ya no pienses mas en el divorcio ni en todo el dinero que puedo tener, eso es lo de menos y siempre lo será. Tu vida comienza otra vez Cyn, y yo te voy a ayudar….

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Vestida con la mejor ropa de verano, Mía entro por segunda vez a la tienda de los amigos de Paul –Indica Bookshop-, para visitar a John Dunbar y dejar algunos encargos. Desde el día de la remodelación, estaba teniendo encuentros más frecuentes con él. No solo en la tienda, si no que también en la casa de ambos, aunque nada comprometedor pasara aun. A la chica simplemente le gustaba lo que él tenía planeado hacer  y ya se veían como simples amigos.

-¿Paul sabe que estas aquí?. Le pregunto luego de saludarla con un beso en la mejilla
-No y no le interesa
-Es extraña la relación de ustedes dos
-¿Lo crees?, bueno yo también lo creo
-¿Lo amas?
-¿Por qué me preguntas eso ahora?, me gustaría mejor hablar sobre arte
-Claro…..como gustes

Sin ya sorprenderse por todo lo que el sabia sobre ese tema, escucho atentamente algunas opiniones suyas sobre Dalí, hasta que sin resistirse más, volvió al tema personal. En el fondo, el chico le gustaba mucho y no hacía falta seducirlo porque ya lo estaba, aunque se contuviera por el anillo en su dedo anular.

-Escuche que Marianne está embarazada, felicidades
-Gracias. ¿Tú no lo estás?, Paul me conto algo sobre querer un hijo otra vez
-No, y no creo estarlo en mucho tiempo
-Veo que no eres muy feliz con el entonces
-Si te digo demasiado le iras a contar, eres uno de sus amigos mas íntimos
-Yo no le contaría nada, tú también eres mi amiga y no soy chismoso
-Entonces…..¿no le contarías que me atraes mucho?
-¿Te atraigo mucho?
-Sí, me gustas John
-Me gusta la forma en que pintaste aquel día. Le dijo nervioso, tratando de no seguir mas con esa conversación

Pareciéndole graciosa como él se ponía nervioso y ahora le esquivaba la mirada, Mía se le acerco lentamente, acorralándolo en una mesa que había cerca. Si su esposa estaba embazada era lo de menos y si ella estaba casada con un Beatle también. Lo atrevida no se le quitaba y usaría los encantos que embrujaban a los chicos de Liverpool, con el…..

-Estamos en medio de los años 60’s John, libérate
-Yo ya me libere hace mucho linda
-¿Entonces por qué me huyes?
-No te estoy huyendo, solo no quiero meterse en problemas con Paul
-Al diablo Paul, el hace lo mismo

Lo próximo que sintió sobre su boca, fueron los labios de Mía, besándolo igual de lento que como camino hacia el, unos segundos antes. Sin embargo, el beso no duro demasiado, porque el sonido de la puerta del local, al abrirse hizo ruido, obligándolos a separarse rápidamente y a darse vuelta para ver quién era, encontrándose con Paul, que los miraba de manera contrariada.
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“Pero yo no estoy segura de si te amo George”. Era la frase que no paraba de darle vueltas a la cabeza del chico,  días después de que Sarah se lo dijera. El la amaba  y ella no estaba segura, esto poniéndolo en un estado de frustración muy evidente, en el que se encargo de ir a pubs y rodearse de chicas todas las noches. Esta en especial con la compañía de John y Regina, que lo habian invitado a casa de un amigo suyo, al parecer nuevo ya que George nunca había escuchado su nombre….

-Vengan conmigo, los llevare a donde esta mi esposo. Les dijo una chica, cuando ya se encontraban dentro de la casa
-Qué lugar tan oscuro, ¿no creen?. Comento George en voz baja, causando la misma impresión en John y Regina
-Sí, vamos a ver a donde nos lleva esto. Le contesto el chico, en un susurro, sin detenerse

Poco después, llegaron a una habitación, donde se encontraba el hombre observando entretenidamente el televisor. George definitivamente no lo conocía, pero Regina si y John también, así que no tardaron en presentarse, antes de que los invitara a sentarse y su esposa entrara de nuevo ofreciéndoles café.

-¿A qué se dedica?. Le pregunto George al tipo, queriendo comenzar con una conversación
-Soy dentista
-¿Dentista?, interesante

Pero el chico no le pudo preguntas más, porque la mujer entro con las tazas de café, viéndose interrumpida la ya comenzada conversación, con algunos sorbos del mismo, antes de volverla a empezar….

-Este café sabe algo extraño. Comento Regina, poniéndose a observar la taza, como si el problema fuera con ella
-Sí, sabe diferente al resto que he probado. Replico John, haciendo lo mismo
-Aun así espero que les este gustando, mi esposa es famosa por su café
-¿Y qué tiene de especial su café?, pensé que era el mismo que todos compramos.

Pero el hombre que se había presentado con el nombre de John, solo le dedico una sonrisa y cambio de tema, extrañándolo mucho ya que esa clase de preguntas por lo general se respondían sin problemas. No obstante, minutos después cuando ya habian acabado con la bebida, John vio su reloj, recordando que otros amigos suyos que comenzaban con una banda, tocarían esa noche por primera vez en un pub del centro y no podían llegar tarde.

-Creo que es hora de irnos. Dijo parándose, seguido por Regina y George
-No se puede ir. Contesto John aun sentado sin quitarles la mirada de encima
-¿Por qué no?
-Porque acaban de consumir LSD, venia en el café

John que era el único en haber escuchado ese nombre antes, abrió los ojos como platos, antes de agarrar con la camisa al hombre y gritarle mil cosas. Había escuchado que el LSD tenía un efecto muy duradero y a veces peligroso. Sin embargo, bajo las insistencias de él para que se quedaran, ninguno lo escucho y salieron de la casa hacia el auto de Regina, camino al pub más cercano  para recomponerse un poco de la noticia. Para esos momentos, los efectos ya se estaban apoderando de su mente y en el auto cada vez se sentían más raros, con el espacio cada vez más reducido. Las luces del club brillaban más de la cuenta y las personas que se atravesaban en su camino, parecían tener la cara de un animal, asustándolos mucho de inmediato.

Lejos al otro extremo del lugar, George totalmente perdido y sorprendido con las cosas raras que veía más frecuentemente, se quedo viendo la figura de una chica, que parecía llamarlo con la mano. A la chica la rodeaba una luz color rosa, parecía un ángel y el llego a pensar por un momento, para luego seguirla, perderla de vista y seguirla otra vez. Las personas no paraban de meterse en su camino y muchos, de saludarlo, sin contestación alguna. Se mantenía solamente pendiente de la chica que lo seguía llamando de lejos, parando en un pasillo oscuro, donde de lejos se veía la misma luz color rosa que la rodeaba.

-Hey, espera. Le grito, corriendo un poco
-George, detente. Escucho que le decía la chica, unos metros delante de el
-¿Qué quieres?. Le pregunto con voz temblorosa, dándose cuenta que ahora el pasillo no estaba oscuro, si no que un montón de luces fosforescentes lo rodeaban
-No tengas miedo, todo está bien
-¿Quién eres?
-Me llamo Elizabeth. Respondió en un susurro, ahora muy cerca de el

Confundido, sintió como ella le tomaba la mano derecha y todavía con la luz que la rodeaba, lo llevo a otro pasillo, completamente abandonado, donde las luces del anterior, aparecieron de un momento a otro.
-¿Por qué me traes aquí?. Le pregunto nervioso, sin dejar de ver nada
-Porque quiero verte y tocarte. Eres especial George
-¿Especial?
-Si
-¿Quién eres?, ¿Por qué esa luz rosa?
-No te puedo decir quién soy, solo puedo decir mi nombre
-¿Eres una fan?
-No, solo una simple alucinación…..

Y dándole un beso en la boca, desapareció, dejando su nombre estampado en la pared, que George abriendo los ojos vio de golpe y se quedo viendo y analizando por un largo rato, hasta que alguien que lo buscaba, lo saco de ahí y el viaje y las luces y las alucinaciones no se detuvieron en llegar a su mente por muchas más horas. Las mismas que ahora le cambiaban la vida, al igual que a John y Regina…..

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Completamente aturdido por lo que había visto en la tienda, Paul se quedo sin hablarle a Mía por un largo rato. Su reacción solo había sido de darse media vuelta e irse, pero la chica lo siguió, reclamándole prácticamente nada y siguiendo sin hacerlo. Sin embargo, Mía estaba arrepentida, no de haber besado a John porque de verdad le gustaba, si no porque con esas cosas su matrimonio se deterioraba mas y realmente estaba comenzando a amar a Paul….

-Paul, tenemos que hablar. Le dijo entrando al salón de música sin haber tocado la puerta primero
-Tú y yo no tenemos nada de qué hablar. Contesto Paul, sentado en el piano
-Debo confesar que lo bese a propósito….
-Ya lo sé, así eres tu
-Sí pero….
-Mira Mía, yo no puedo meterme contigo, a pesar de que te haya dicho que con mis amigos no, lo hiciste, eres una rebelde por naturaleza
-Pero….
-No hables, ¿sí?. Estoy ocupado en una nueva canción
-Pero tenemos que hablar, no solo de eso
-¿De que al final?, yo creo que hace días ya tuvimos una conversación seria, no creo que haya más de que hablar

Bufando de lo fastidiado que le ponía esa situación, Paul se levanto del banquillo, para sentarse junto a ella en otra parte. Lo menos que había querido cuando el pidió matrimonio, era una relación tan difícil, ya que antes todo parecía funcionar bien. Por eso, aceptaba hablar con ella y escucharla, aunque siguiera molesto…..

-Bueno habla
-Hay algo que debo confesarte
-No soy un padre para que me confieses tus pecados. Contesto riendo, para liberar un poco la tensión
-Pero eres mi esposo y yo…..
-¿Qué?. Le pregunto otra vez interrumpiéndola
-Yo te amo Paul
Frunciendo el ceño, Paul se separo de ella de un salto, sin quitarle la mirada de encima. Confirmándole la mirada tan sincera de ella, que ese “te amo” era de verdad y su amor platónico de hace 8 años estaba enamorada de él…..

-¿Es en serio?. Le pregunto titubeante, sin quitar su mirada seria
-Si Paul, me estoy enamorando de ti
-Eso es imposible Mía
-¿Por qué?, creo que es hasta natural que haya amor en nuestra relación, por algo estamos casados, ¿no crees?
-Sí, si tienes razón, pero tú nunca me has amado
-Creo que ahora si
-Ah crees, no estás segura. Deja de torturarme Mía, estás loca
-No, no creo, es la verdad, estoy segura. Contesto desesperada con los ojos llorosos
-Oh Mía, yo no quería….
-No, no digas mas, ya te expuse mis más recientes sentimientos
-Esto es extraño para mí, por lo general yo era el que te amaba, no tú a mí
-Tú me odias y te entiendo
-No, yo no te odio, alegras mi vida, siempre lo has hecho. Jamás podría odiar a alguien que le ha puesto un brillo especial a mi vida desde hace un año o mas
-Pero tú no me quieres por las cosas que te hice
-Pues sí, no las he olvidado, por eso no quería que me amaras, no ahora

Ahora los dos se miraban muy de cerca, con las respiraciones agitadas y las manos temblando. Paul no quería que ella lo amara para no hacerla sufrir, y ella no quería dejar ir ese sentimiento tan especial para no quedarse vacía.  Los roles habian cambiado, y ya no se podía hacer mas…..

-Perdóname por todo lo que te he hecho, fui una tonta. Le dijo en un susurro, abrazándolo en el acto
-Si tan solo fuera tan fácil….Dijo Paul con la mirada perdida, teniendo la corazonada de que ahora las cosas se iban a complicar.

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Aburrido de quedarse esperando sus amigos en el club, Ringo pensó en ir a visitar a Victoria, aunque fuera ya muy tarde. En la tarde había ido pero no ella no estaba, así que de seguro ya se encontraba ahí, viendo Top of the Pops como todos los fin de semanas, con palomitas caseras por montones en la cama. Ya no la veía solo como una amiga, si no que también como una confidente y le estaba gustando mucho, más de lo que quería y creía. No obstante, le extraño mucho ver la puerta abierta del departamento apenas salió del elevador. Por lo general, la chica cerraba muy bien la puerta todas las noches y esto le dio un mal presentimiento. Entrando rápidamente, mientras la llamaba y la buscaba en la cocina, en la sala y en su habitación.

-¿Victoria donde te has metido?. Le pregunto exasperado, buscando incluso en el armario

Más desesperado que momentos antes, giro su cabeza más de una vez, con el presentimiento más fuerte que antes, molestándole en el pecho. La única luz encendida era la del baño y ahí fue donde se dirigió, encontrándola finalmente, tendida en el suelo con la tableta de anfetaminas al lado suyo.

-Victoria, respóndeme, por favor. Le dijo desesperado, tratando de hallar alguna explicación de que le pasaba


Pero ella seguía sin responder y su pulso era débil. Nadie sabía cuántas horas llevaba ahí, pero a Ringo ni siquiera le importo y lo único que pensó fue llevarla al hospital, mandando al demonio su fama  por como lo iban a reconocer y con una preocupación que nunca había sentido en su vida…. 

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Mi sueño siempre había sido meter en un fic la vez que John y George probaron el LSD y aquí esta, con Salma incluida, como producto de una alucinación jajajajajaja ya las participaciones se van acabando, en el próximo ya va la ultima. Les anuncio que la fic ya ahorita muere, osea acaba, estoy harta de ella, ya que ahora estoy comenzando con cosas mas serias y me siento estúpida escribiendo esto, pero no se preocupen, faltan como 15 capítulos o algo así. Por el momento espero que les haya gustado el capitulo lleno de cosas nuevas y gracias como siempre por comentar :) 

sábado, 24 de agosto de 2013

Capitulo 67: Brown Eyed Girl

Como si nada malo hubiese pasado y el sol radiante de la mañana, influenciara en su ánimo. Mía saco del armario la ropa mas cómoda y que menos utilizaba y sin siquiera maquillarse, fue a su estudio a acomodar los capítulos ya listo de su novela, que había dejado en desorden la noche anterior y bajo a tomar un desayuno rápido. La razón: John Dunbar y su invitación a pintar la  nueva tienda que recién había adquirido junto con Barry Miles y Peter Asher. Todos amigos nuevos de Paul (excepto Peter), que también había sido invitado e incluso había diseñado algunas cosas para el proyecto y donado dinero.

Con Paul, las cosas estaban, como si la conversación que tanto le había dolido a ella, nunca hubiese dado lugar. Mía si notaba que el cada vez estaba más distanciado, pero reconociendo al fin, que lo quería tanto, trataba mantener una buena relación, sin discusiones en el medio, ni cosas similares. Sin embargo, esa mañana en especial, el no parecía muy contento de que ambos fueran invitados a la tienda. Parecía que quería ir solo y esto ella también lo noto, apenas entro a la cocina y lo vio tomando una taza de té, con mala cara recién la vio.

-Buenos días
-Buenos días Mía. Contesto secamente, sin quitarle la mirada al periódico que había mantenido abierto desde hacía un buen rato
-¿Alistaste la madera que ofreciste?, pronto vendrán a verla y a llevarla a tienda con nosotros.
 -Si Mía, ya la aliste
-¿Estás bien?, no pareces de buen humor
-No es nada, simplemente…..
Pero lo que iba a decir se vio interrumpido por Isabelle que entro corriendo y tropezó en el piso, cayendo en el acto. No lloro, pero si preocupo mucho a Paul que la alzo de inmediato y le dio un pequeño sermón de cómo no se debe correr dentro de la casa, haciéndola reír.

-¿Por qué te ríes?
-Porque hablas chistoso, por eso. Respondió Mía, como si le hubieran preguntado a ella
-Eso no es cierto, y si es por el acento, no te preocupes, tú tienes el mismo
-¿Isa recuerdas lo de la escuela?, mañana iremos a matricularte. Le comento Paul a la niña, cambiando de tema radicalmente
-Yo no quiero ir a la escuela. Respondió triste, negando con la cabeza como siempre hacia cuando realmente no quería algo
-Tienes que ir cariño, harás amigos si eso es lo que te preocupa
-Te vas a divertir, lo prometo

El tema de la escuela, era uno muy nuevo en la casa, pero no querían que la niña perdiera tiempo, por lo que apenas la iban convenciendo para que aceptara y no fuera obligada. Sin embargo, esto también se vio interrumpió, ahora por el timbre, que anunciaba la llegada de quienes estaban esperando desde hacía un buen rato.

 -John, Barry, que bueno verlos. Saludo Mía con una gran sonrisa, luego de que les fuera a abrir la puerta
-Hola Mía. ¿Cómo ha estado todo?, veo que ahora eres rubia. Replico John con una sonrisa que la intimido un poco
-Sí, ahora soy rubia….pero tú sigues igual….

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Intrigado aun mas, ahora que ya había visto a la chica de los mensajes. John hizo otro plan, para saber más de ella, ya que le daba mucha curiosidad y se le hacía alguien muy misterioso. Lo primero que dedujo, fue que es extranjera, por su piel bronceada, cabello oscuro y largo y sus cafés y  grandes. En Inglaterra habian chicas así, pero ella, le recordaba más a las chicas de España y después del día en que la vio metiendo ese pequeño y arrugado papel, en su puerta, la comenzó a seguir, ahora sabiendo donde vivía o se hospedaba porque siempre la veía salir de un hotel cercano. Esto también alimentando su teoría de que no era inglesa.

¿A dónde vas?. Le pregunto Regina con curiosidad, en el umbral de la puerta
-A investigar más sobre la chica esa
-¿Todavía sigues con eso?
-Si Regina, todavía. Cuando tenga la oportunidad de pararla lo hare y le diré que me deje de molestar
-¿Y porque no lo has hecho?, has tenido la oportunidad miles de veces
-Porque necesito ver que hace cuando no está acosándome. Me da curiosidad
-La curiosidad puede hacer que la pierdas de vista John. La curiosidad hace que la gente pierda el tiempo
-No estoy perdiendo el tiempo Regina, solo quería saber que hacía y esas cosas. Pero tranquila, que hoy de lo más seguro voy y le hablo

Con el chofer abajo esperándolo, John se despidió con un beso en la mejilla y se fue rápidamente. A pesar de que ya tenía su licencia, el Rolls-Royce que Brian le había prometido una vez, no llegaba aun, por lo que no le quedaba más que seguir a la chica, mientras otro conducía. El hotel donde ella estaba, quedaba a tan solo tres cuadras de allí y sabiendo que siempre salía a la misma hora, le dijo a Alf que parqueara donde siempre para verla salir desde la ventanilla del auto sin que ella lo viera a él. Ya era algo que se venía repitiendo como por cuarta vez, pero el plan seguía funcionando y efectivamente, luego de que la viera salir de lejos, el auto arranco, siguiéndola ahora hasta unas calles adelante, hasta una tienda donde se había metido. Otra vez tenía la oportunidad de encararla, pero primero quería obsérvala más de cerca, poniéndose uno de sus sombreros y unas gafas para no ser reconocido al instante.

La manera en que se vestía, la sonrisa sínica que a menudo se le marcaba en los labios y la forma de caminar, era lo que más atraía a John, que ahora adentro del local, se quedo viendo disimuladamente unas blusas de mujer, mientras que con el rabillo del ojo, la veía a ella haciendo lo mismo. Era la primera  vez que estaban tan cerca y eso lo asusto un poco sin saber por qué. Listo para hablarle, pero al mismo tiempo para retroceder y olvidarse de todo…..aunque algo en ella más bien lo atraía cada vez más.

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Una de las cosas que más le incomodaba a Victoria, aparte de su vida disfuncional. Era el hecho de saber que dos Beatles estaban casi enemistados. La culpa no era de nadie, o quizás sí, pero fuese culpable o no, creía tener la obligación de hacer algo para que las cosas desde la pelea en el estudio, se solucionaran y a Sarah también involucro. Citándola junto a George y Ringo, a su departamento, donde cada uno se recibió con sorpresa.
-Bien, que bueno que han podido venir todos. Comento muy complacida, después de ofrecerles algo de beber
-¿Se puede saber para que nos llamaste?. Pregunto Ringo un poco molesto e incomodo, evitando mirar a Sarah y George
-Solo quiero que hablen y resuelvan las diferencias. Creo que aquí ha habido un malentendido
-Estoy de acuerdo. Replico Sarah de inmediato. –Creo que definitivamente es un mal entendido que hay que resolver, yo nunca los he visto peleados y me duele-
-Sarah, no hay nada que aclarar, te andabas acostando con George a mis espaldas y punto. Le contesto Ringo mas dolido que enojado, aun evitando mirarla
-Ven, si es un mal entendido. Lo mío con George empezó luego de que termináramos
-De todos modos no me importa, yo también me acosté con Victoria

El comentario, provoco que George se levantara de un salto y mirara a Victoria sin poder creerlo. Lo menos que se esperaba, era saber algo así y también le dolía, porque a pesar de todo, la había querido o aun la quería un poco. Sin embargo, antes de que dijera algo, Ringo lo imito y se paro en frente suyo para aclarar ese punto también. Apreciaba lo que Victoria estaba haciendo por ellos y no quería que George la odiara o algo parecido.

-Eso acaba de ocurrir George, no fue cuando estabas con ella
-Igual no me sorprendería, me fue infiel una vez, pudo hacerlo más veces
-Tú también le fuiste infiel George, recuérdalo
-Todos lo han sido, no entiendo porque tanto revuelo. Replico nuevamente Sarah, ahora con un cigarrillo en la boca

-La diferencia aquí Sarah, es que yo estoy enamorado de ti, Ringo y Victoria solo lo hicieron por despecho. Dijo George, dejando a todos callados con el comentario, hasta que la misma Sarah reacciono
-¿Estás seguro de ello?
-Te dije en Suiza que sí. Pero te quedaste callada y no me dijiste nada más
-Porque es muy rápido George. ¿Desde cuándo lo estás?, se me olvido preguntarte eso
-Desde que tengo 14 años si no mal recuerdo. No te preocupes Sarah, veo que sigues sin sentir lo mismo que yo

No porque Sarah no le hacía dicho que lo amaba también, se comportaba así, si no porque sentía que era así, sin que ella tuviese la necesidad de decirlo. Y con todos callados otra vez, Ringo solo observo como la chica lo seguía y se quedaba solo con Victoria, confundida tratando de adivinar si las cosas se habian resulto o empeorado.

-Espero que tú no lo hayas hecho por despecho
-No Ringo, me gustas más de lo que crees. Y yo nunca hago nada por despecho

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Aunque ninguno tenía mucha practica en remodelar lugares como esos y muchos menos Mía. Todos pusieron el mayor esfuerzo para terminar ese mismo día y no atrasar la apertura de la tienda. Cada uno tenía permiso de hacer lo que quisiera y de dar cualquier idea y esto, lo aprovecharon al máximo, divirtiéndose al mismo tiempo, mientras cosas extrañas pasaban al mismo tiempo.

-¿Qué escribes?. Le pregunto John Dunbar a Mía, cuando la chica termino de pintar su parte
-Una frase que escribí en mi novela, me gusta y como dijiste que podíamos hacer lo que quisiéramos me pareció grandioso poner esto
- No sabía que estabas escribiendo algo, pensé que solo te dedicabas a la fotografía
-En realidad no, últimamente estoy escribiendo mucho, es la primera cosa que escribo y no me está saliendo nada mal
-Espero que me pases una copia, me gustaría mucho leértelo
-Lo hare
-¿Y Paul sabe?
-Sí, pero él está con sus cosas y no hablamos mucho sobre eso

Paul que serruchaba una madera no muy lejos de ellos, se les quedo viendo, con mucho cuidado. De un momento a otro, John parecía estar muy interesado en Mía, ya que desde temprano no le quitaba los ojos de encima y lo que menos quería era que un amigo suyo se involucrara con su esposa, menos, si también estaba casado….

-¿Qué tanto hablan?
-Paul, pensé que estabas ocupado. Dijo Mía no muy feliz de verlo ahí
-Ya no, en realidad, ya termine con lo mío  
-Mía me estaba contando que escribe una novela. Espero leerla y tenerla a la ventana aquí muy pronto
-Sí, pero no me ha permitido leer nada, es muy odiosa a veces
-Deja de decir tonterías Paul, es solo que quiero que lo hagas cuando esté listo y falta poco

John que teniendo experiencia en el matrimonio, ya sabía que lo de Paul y Mía no iba muy bien sin que le contaran. Se alejo para dejarlos solos y no estorbar. Parecía que Paul quería decirle algo a la chica y así fue cuando él se dio media vuelta y se fue.

-¿Por qué le coqueteas a John?, está casado con Marianne Faithfull
-Yo no le estoy coqueteando Paul. ¿Estás drogado acaso?
-No, solo te advierto, no te metas con mis amigos. Acuéstate con quien eras, pero no con ellos
-Yo no me quiero acostar con él, solo estábamos hablando porque le llamo la atención lo que escribí en la pared
-Si me doy cuenta que algo pasa entre tú y el, me veras como nunca me has visto
-¿Cómo?, ¿molesto?, hasta me has pegado así que no me vas a sorprender nunca con algún berrinche tuyo peor o igual
-Cállate, eres una bocazas
-Ay Paul, no te hagas el santo y si quiero acostarme con John, lo hago, tú no me mandas

Lo que venía evitando, se cumplió, pero Mía no se dejo intimidar ni un segundo y guiñándole el ojo a John que estaba al otro extremo de la sala, mirándolos, recogió sus cosas y se fue, prometiendo volver ya que el proyecto la emocionaba igual que a todos en general. Lo único que lamentaba era el hecho de que le faltaba poco a su novela, que pronto la terminaría y eso aunque no lo sospechara, le traería experiencias muy nuevas….

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Con la chica en frente suyo, repaso algunas cosas que le podía decir, ya que prácticamente se había quedado mudo. Había algo en ella que lo hacía pequeño e inofensivo, algo en sus ojos cafés que le daba escalofríos, y no fue hasta que ella volvió a sonreír y comenzó a hablarle, que reacciono totalmente.

 -Parece que  te ha comido la lengua el gato
-No, no, es que…..
-Al fin, ya hablas. Me llamo Anastasia, tú eres John Lennon. ¿No es así?
-Tú eres la chica que me acosa
-¿Acosar yo?, nada que ver, solo estaba jugando, quería ver como reaccionabas con los mensajes
-Ni siquiera los entendí
-¿De veras?, que lastima, incluso repase mi italiano para mandarte algo interesante. Me gustan las cosas interesantes y parece que a ti también
-No eres de aquí, ¿verdad?. Anas….
-Anastasia
-Sí, es que me cuesta pronunciar el nombre
-Soy de España, vivo en Barcelona y te fui a ver cuando llegaste con la banda
-¿Eres una fan anasta….
-Anastasia, de verdad que te cuesta decirlo, que chistoso
-Si lo siento
-Sí, soy una fan, me encantan Los Beatles pero no soy de esas fans locas que gritan y todo eso
-No te imagino gritando de todos modos
-Ni muerta lo haría
-Te juro que me sacaste de quicio más de una vez, no vuelvas a mandarte eso por favor
-Tranquilo John, no lo volveré a hacer, cumplí mi objetivo
-¿Cuál objetivo?
-Conocerte, hablarte….me encantas John Lennon

Riendo ya que se le hacía gracioso como ella pronunciaba su idioma y le decía esas cosas. John negó con la cabeza como si fuera Isabelle, tratando de espantarla o algo parecido, ya que se le hacía tan atractiva y misteriosa que le atraía más de lo que quería….

-Me gustan las chicas directas pero….
-John, la chica con la que vives no se va a dar cuenta
-¿No se va a dar cuenta de qué?
-Vamos a mi hotel, ahí te lo explicare

Y como si estuviese embrujado o hipnotizado, John la llevo al auto que lo esperaba y le dijo a Alf que los llevara al hotel donde ella se hospedaba. Con cada minuto que pasaba y ella le seguía hablando, dirigió su mirada a un collar que llevaba puesto, bastante extraño, hasta que finalmente llegaron a su destino y ella lo llevo a su habitación.

-Quítate la chaqueta, hace calor. Dijo la chica, cerrando la puerta tras de si
- ¿Qué pretendes?
-Oh John, no me digas que solo te gusta acostarte con fans en la gira
-¿Disculpa?
-Me gustas John, me gustas

Sin esperarlo, Anastasia empezó a dar vueltas por toda la habitación, mientras sonreía y se subia a la casa, sin detenerse un segundo. Aparte de Regina, ella era la chica más rara que había conocido, pero le divertía y mucho….

-No te preocupes John, soy buena y no estás gordo como los medios dicen
-Al diablo los medios y los fans y todo el mundo. Contesto como tratando de mandar al demonio todo lo que lo rodeaba y que no aparecieran mas
-¿Me estas mandando al diablo?
-No, a ti no muñeca, me caes bien

De nuevo, como hipnotizado, John se le acerco para besarla, igual a como si ella le hubiese dicho que lo hiciera. Terminando desvistiéndola, como si ya la conociera desde hace mucho. Porque no la sentía como una fan cualquier……si no como una ilusión producto de su mente.

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 Tener 20 o más años, no les había confirmado antes, que estaban envejeciendo y madurando. Hasta ahora se daban cuenta de ello y tenían miedo. Incluso Ringo y John que eran los mayores, tenían miedo. Las cosas ya no eran como cuando tenían 15 o 17, podían hacer lo mismo, pero el drama y las consecuencias ahora eran mayores y George que era el menor, lo sentía más, lo sentía como si él fuera el epicentro de donde surgía el problema. Por un momento la fama les había dado todo, sus sueños se habian cumplido, pero el amor se le seguía escapando, a todos se les escapaba. Incluso a Cynthia que ahora alistaba las maletas para irse a Italia con Daniel y Julian aunque el divorcio no estuviera listo todavía, y Mía que se estaba enamorando de Paul aunque no quisiera o hasta a Victoria que de la noche a la mañana estaba en medio de la banda más famosa de Inglaterra y el mundo y estaba confundida, enamorándose de uno y luego de otro. “Ojala las cosas fueran más fáciles”, pensó el chico, encerrado en el baño de un pub. Como si estuviese huyendo de todos, como si estuviese huyendo hasta de el…..

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Ahhh que capitulo tan feo, por Clapton >.< la única parte que me gusto fue la de Anastasia y John, o mejor dicho, la de Lady Mary y John porque ella fue la que reencarno el personaje jajajajaja y lo que pasa es que ya van cambiando las cosas y como voy en ese proceso ya no pasa nada muy emocionante, pero aun así espero que no lo hayan odiado y si fue así, escuchen la canción del titulo -que es buenísima-, para que se animen. Saludos y gracias por sus comentarios :)


jueves, 22 de agosto de 2013

Capitulo 66: God Only Knows

En definitiva, haber llegado tarde de una fiesta, la noche anterior, no había resultado muy bien, porque ahora el despertador sonaba estruendosamente por toda la habitación, mientras las manecillas del reloj, sobrepasaban las doce de mediodía. Era hora de levantarse, pero debía ser por algo importarte, ya que nunca ponía el despertador cuando no era así. Por lo que con mal humor, Paul se sentó en la orilla de la cama, despeinado y sin camisa, tratando de recordar alguna cosa que por el momento estaba olvidada……

-Paul, apúrate, llegaremos tarde a la ceremonia de los Ivor Novello. Escucho como le decía Mía desde las escaleras, provocando que dé un salto, se levantara de la cama y se golpeara la cabeza con la mano

Los Ivor Novello, claro, le darían a él y a John unos premios y ya iba bastante tarde. De seguro ya hasta había comenzando y él en cambio, estaba ahí parado, en calzoncillos, con grandes ojeras y el sonido de los tacones de su esposa, retumbando en sus oídos, ya que se acercaba para ver que sucedía con él.

-Paul- ¿Ya estás listo?. Pregunto la chica, apenas abriendo la puerta lentamente
-No Mía, no estoy listo. ¿Qué no me ves?
-Paul, pero mírate, se suponía que teníamos que estar ahí a las 12
-Sí, ya lo sé, no me lo repitas, me aturdes cuando me repites las cosas

Mía que era la única lista para el evento, lo ayudo a buscar algo que ponerse y también a vestirse. Era una pena que llegara tan atrasado a una ceremonia donde le darían algún reconocimiento, pero últimamente todo daba tantas vueltas, ya fuera con la banda o su vida personal, que Paul simplemente lo olvido y sin refunfuñar mas, dejo que Mía le acomodara la corbata y salieran corriendo al auto. Victoria cuidaría a Isabelle, así que ninguno se preocupo por eso y se fueron sin despedirse de nadie.

-¿Crees que John ya esté ahí?. Pregunto la chica preocupada, abriendo la ventanilla
-No lo sé, desde lo de los MEB, está muy raro
-Seguro está emocionado porque la reina les dará un titulo importante y no quiere demostrarlo porque es muy macho

Rompiendo a carcajadas, Paul acelero el auto para llegar más rápido a su destino. Ya iban 30 minutos tarde, de seguro ni llegarían a tiempo, pero lo que había dicho Mía, había animado mucho a Paul y aunque tenía un ligero presentimiento de que John no estaría ahí, pensó que podía con todo y no se preocupo en lo absoluto. Últimamente todos o llegaban tarde a algún evento o no llegaban, inclusive John había llegado muy tarde a la conferencia sobre los MEB, así ya ni era de sorprenderse algo así.

-¿Me veo bien?. Pregunto Paul de golpe, viéndose por el espejo retrovisor
-Sí, te ves muy guapo, espero que ninguna mujer de las que estén ahí, te ponga los ojos encima
-¿Y por qué no?, pensé que eso no te molestaba
-A veces si…..

Sin embargo, las preguntas sobre ese tema, tuvieron que pasarse por alto, ya que la velocidad que el Aston Martin podía alcanzar, acababa de ponerse a prueba. 40 minutos tarde, no iría a ser bien visto por nadie, pero ahí estaban ambos, entrando sigilosamente a la sala. El momento de los reconocimientos a John y Paul, no había llegado y el chico más tranquilo, empezó a girar la cabeza por todas partes, a ver si John se veía. No, John no estaba ahí, no había llegado como lo presentía y bufando se sentó en la mesa asignada, sintiendo como Mía le agarraba la mano para calmarlo un poco.

-Todo saldrá bien. Le dijo en el oído con un susurro
-John no vino, seguro por el revuelo que se armo hace poco
-No pienses en John, él sabrá lo que hace

Las palabras de Mía lo reconfortaron más de lo que creyo y tranquilo, espero a que lo llamaran, siendo así pocos minutos después. Tenía planeado no durar demasiado ahí arriba y así fue, cuando le dio la mano al hombre que le entrego los cinco premios y dio un pequeño y rápido discurso. Por lo menos, salir de eso no le había tomado tanto tiempo…..

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Después del revuelo que se armo a causa de la última noticia sobre los títulos que les daría la reina. John se canso totalmente de asistir a eventos. Estaba harto ya que no solo por eso lo estaban molestando, si no porque el proceso de divorcio se había filtrado en la prensa, y nadie paraba de hablar de esas dos últimas cosas. A veces quería desaparecer o no ser famoso, pero era imposible y por eso ese día, prefirió quedarse en la cama, sin ni siquiera abrir las cortinas, con Regina a su lado.
Todo se encontraba tan oscuro y silencioso, parecía que ambos dormían, pero no, en realidad, estaban despiertos, como pareciendo que algo esperaban que sucediera, o alguno dijera alguna cosa. Pero nadie decía nada y cada vez la habitación tenía un aire más pesado. Que provoco que Regina se levantara para abrir finalmente la ventana y todo cambiara radicalmente de un momento a otro.

-¿Qué haces?. Pregunto John contrariado, incorporándose un poco
-Abriendo la ventana
-La hubieras dejado así
-¿Te arrepientes?
-¿De qué?
-De no haber ido a la ceremonia
-A la mierda la ceremonia, ya sabes que estoy harto de ir a esas cosas
-Pero les iban a dar unos premios John
-Paul de seguro los recoge por mí

Y aunque así fue, Regina no quiso que el pensara en eso, si no en su estado. Estaba preocupada por el, más de lo que creía que debía y lo único que podía hacer era alentarlo. Sentándose en frente suyo y mirándolo a los ojos con una media sonrisa, antes de decirle algo nuevamente.

-No te preocupes por lo que diga la gente de ti, eso es lo de menos John
-Pero me han llamado hasta gordo. Contesto incomodo, tomándole énfasis la última palabra
-No estás gordo, es pura envidia
-Si bueno….quizás tengas razón
-Aquí voy a estar John, siempre. Cualquier cosa, llámame, no importa si es con una llamada o un grito, solo hazlo

Los ojos brillantes y cabello revuelto de la chica, le daban una confianza tan extraña y hermosa al mismo tiempo, que John solo pudo dedicarle una media sonrisa y abalanzarse a ella para que lo abrazara –consolara-. Veía en Regina no una novia, amiga o esposa (no sabía ni bien que era), si no también alguien que lo apoyaba, aunque apenas viniera conociéndolo. Razón por la que no se arrepentía,  vivir con ella, dormir con ella o incluso hablarle.  La manera en que los dos se conectaban y se sorprendían mutuamente. Daba pie también a que John ya estuviese pensando en decisiones que nunca tomo tan a la ligera con una mujer. Por más que su estado emocional no se encontrara muy bien……

-¿Qué va a pasar si me caso contigo?, ¿Empeorare o mejorare?
-Ninguna de las opciones, simplemente te irías a casar con una loca que juro en su niñez que quedaría solterona
-Cásate conmigo Regina
-Ya veremos John, ya veremos…..

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Aprovechando que debía cumplir con algunos trabajos en el extranjero (Suiza específicamente). Sarah invito a George a ir con ella, por el momento a él no le quedaban mas compromisos. Los ensayos para la gira americana empezarían en una semana y tres días y el viaje no duraría más que eso. Sin embargo, la invitación no solo tenía eso  de excusa, si no otra excusa, principal. Aun nadie sabía que estaban juntos y en Londres ya los estaban por descubrir, así que en Suiza, podían pasar más desapercibidos y cambiar de aires.  Por lo que ahí estaban juntos, en el balcón de la habitación del hotel donde se estaban quedando, abrazados y relajados. Alejados de todo el mundo, pero a la vez no. Todavía como dos niños jugando algo divertido que podía traer serias consecuencias. Pero les seguía sin importar y Sarah muy feliz, se volvió a adentrar al cuarto, para revisar algunos papeles recién entregados, que debía leer. Con George observándola y buscando el momento apropiado para invitarla a salir….

-Espero que podamos salir de aquí, sin ser vistos por periodistas. Comento el chico, tirándose pesadamente en la cama
-No lo creo, además, ellos no sabían que venían para acá
-¿Y Mía sabia?
-No, nadie lo sabía. Así es como hago las cosas
-Ya veo…..

Pero George, ya estaba comenzando a sofocarse ahí y gracias a los efectos del porro que se había fumado hace poco, quiso hacer algo impulsivo. Agarrando de la mano a Sarah y saliendo de la habitación, prácticamente corriendo, con ella casi muda por la impresión. Ya no se irían a ocultar nunca más y si era necesario correr o llevarla arrastrada por todo Zúrich, lo haría…..

-¿George que haces?, ¿A dónde me llevas?. Pregunto Sarah tratando de soltarse, una vez recupero el habla
-A ningún lado….

Y así era, no iban a ningún lado, a ninguna dirección especifica. Solo correrían entre las personas que caminaban tranquilamente por la ciudad y los automóviles que pasaban por las calles. Sintiéndose cada uno, libre como un pájaro, sin preocupaciones ni presiones.

-George, para, necesito que pares ya. Exclamo Sarah ya cansada, deteniéndose de golpe
-Estoy loco, lo sé. Replico el chico, jadeando un poco, al mismo tiempo en que se le marcaba una gran sonrisa en los labios
-Recuerda invitarte a mis viajes más seguido, hasta ejercicios me pones a hacer

Riendo por el comentario de la chica, George la levanto para cargarla y llevarla a algún restaurante o cafetería cercana. Le había dado hambre, así que solo a ese tipo de lugares tenía ganas de ir. No obstante, algo raro y que no se esperaban, sucedió, cuando un grupo de periodistas que estaban cubriendo una noticia cerca de ahí, los vieron y comenzaron a seguirlos. Lo que menos querían era que los vieran juntos, así que parando un taxi, se subieron en el de inmediato, perdiéndolos de vista.

-Me gusta esta clase de vida, ahora me divierto más que con Ringo
-¿En serio?
-Si George, me gusta estar contigo, nunca te vayas
-Te amo Sarah…..

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Emocionada por los premios que había recibido Paul, a Mía se le ocurrió ir a almorzar a algún lugar para celebrar, ocurriéndosele uno muy especial a las afueras de la ciudad. Era uno de sus lugares favoritos y estaba segura que al chico le gustaría. Sin embargo, él no estaba tan emocionado con ella,  mucho menos con esa idea. Admitía en su interior y con algunos amigos, que a veces la chica lo sofocaba y ahora solo tenía ganas de llegar a casa y olvidarse de todo, resintiéndola un poco sin saberlo, ya que la chica adivino sus deseos, justo cuando ya habian llegado….

-¿Ya sabes que ordenar?. Le pregunto dudosa, luego de que el mesero los condujera a una mesa muy cómoda y les diera el menú
-Estoy algo indeciso
-¿Quieres que te ayude?
-No Mía, así estoy bien. Respondió secamente, sin quitarle los ojos al cuadernillo forzosamente elegante

Desesperada al ahora confirmar que Paul no se encontraba de muy buen humor. Se quedo en silencio, repasando en su mente algunas frases en francés que le gustaba. Siempre hacia eso cuando estaba incomoda,  aunque al final se harto y luego de terminar de ordenar lo suyo, le pareció bien comenzar con algún tema de conversación que no fuera muy fastidioso para el…..

¿Estás feliz?. Volvió a preguntarle, ahora con una pregunta que abarcaba muchas cosas
-¿A qué te refieres con eso?
-No sé. ¿Estás feliz?
-Con mi carrera sí, con los premios también….con mi vida no lo se

Y en esa clase de momentos, era cuando Mía quería retroceder en el tiempo y querer a Paul desde el principio. Porque ahora lo quería, porque le había tomado mucho cariño desde que lo volvió a ver, porque estaba ilusionada por mas hombres que recibía en su cama y porque lo estaba comenzando a necesitar, por mas miradas sombrías como la de ese instante y confesiones doloras como la de ese momento…..

-¿Extrañas a Jane?
-¿Por qué me haces tantas preguntas?
-Porque necesito saber que te molesta
-¿Quieres que te diga la verdad?
-Siempre quiero que me la digas
-Bueno, si, extraño mucho a Jane, pensé que tú tomarías su lugar perfectamente y la olvidaría, pero no le llegas ni a los talones. No te estoy diciendo que me arrepiento en casarme contigo, porque con eso hice muy feliz a Isabelle, sino que simplemente……..finalmente olvide Mía, por fin te supere. ¿Por qué volviste?

¿Por qué había vuelto?, esa era la pregunta que hasta ella se hacía. Estaba tan bien en Francia, con un trabajo bueno, sus amigos afroamericanos del club de jazz de la esquina y su vida apartada de las demas, que ni siquiera ella se lo explicaba. Ahora estaba casada con el mismo chico que vio en el Campo de Marte aquel frio día de Enero, el mismo que había conocido a los 15 y cambiado su vida, pero al que le huía. Las cosas no debieron de haber cambiado, ella no debió de volver y ahora lo estaba siendo infeliz y se sentía lastimada y confundida, tanto que se paró de la silla y se fue al baño, a llorar lo que no había podido llorar desde hacía un año y medio. Mientras Paul salía del restaurante y se iba de ahí, huyendo de la misma manera que ella le huyo por dos años…….Porque lo único claro era que los papeles se estaban invirtiendo, por fin.

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Llorando en los brazos de Victoria y Cynthia, fue como termino Mía, después de salir del restaurante, no encontrar a Paul y tener que pedir un taxi a Kenwood, donde llamo a Victoria para que le llevara a la niña. Las cosas parecían dignas de una separación, y sin embargo, lo único que había pasado fue una confesión escapada de las fosas más profundas de Paul, que la había apuñalado como un cuchillo muy filoso que la mataba poco a poco. Las que la consolaban, ni siquiera entendían la razón de sus lágrimas, pero ahí seguían, permitiéndole desahogarse todo lo que quisiera. De una manera que ni en sueños pensó que lo haría…..

-Lo quiero, y maldijo la hora en que lo empecé a querer. Dijo entre un fuerte sollozo, incorporándose en sillón finalmente
-No digas eso Mía. ¿Qué paso?
-Oh Cyn, te envidio tanto. Ahora eres feliz y yo soy infeliz. ¿Por qué en el mundo siempre tienen que haber de los dos?
-¿Te hizo algo malo?. Le pregunto Victoria con el ceño fruncido, refiriéndose a Paul
-No, yo hice algo malo
-Mía, escúchame. Te estás maltratando mucho, no sigas
-Pero él es infeliz a mi lado y hasta ahora me doy cuenta, porque a veces estamos tan bien, riendo, opinando hasta de política, haciendo el amor todo el día o jugando con Isabelle como si fuéramos una familia muy feliz, que hasta ahora me doy cuenta que todo era como una cortina de humo, donde esas risas y comentarios solo ocultaban el verdadero sentimiento. Pero es que solo Dios sabe que haría sin el….
-¿Entonces porque se casaron?, si se casaron fue por algo

Esa pregunta también se la estaba comenzando a hacer, pero era otra de las que no podía responder, porque no estaba clara la verdadera razón. Aunque en el fondo no se arrepentía, algo que notaron las chicas que al final, sin saber muy bien que pasaba, se dedicaron solamente a consolarla.

-Todo estará bien Mía, en serio
-Llego mi hora, me merezco todo esto y lo voy a afrontar
-¿Qué significa todo eso?
-Solo recuerda a Liverpool y veras Cynthia.

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Más animado y con sus crisis existenciales ya superadas. John salió del departamento de Regina, con la idea de averiguar de una buena vez quien lo acosaba con los mensajes. El día anterior había recibido otro, ahora eran más frecuentes, así que escondiéndose en una pared lateral del pasillo, se quedo inmóvil unos minutos, con el reloj frente a sus ojos, dispuesto a finalmente descubrir la persona misteriosa que prácticamente lo acosaba. Esto no tardando en suceder, ya que luego de esperar pacientemente, escucho unos pasos acercándose a su puerta, girándose para observar de quien se trataba, sin ser visto.


-Es ella. Se dijo a sí mismo en un susurro, al ver como una chica de cabello muy largo y negro, se agachaba frente a su puerta y metía algo en la rendija…..

lunes, 19 de agosto de 2013

Capitulo 65: A Groovy Kind Of Love

Sin pensar más en como Paul la había dejado salir en la noche, con alguien que él no tenía ni idea de quién era, Mía entro al restaurante, seguida por Frank, que no estaba muy convencido de estar ahí. El estaba acostumbrado a  pubs donde solo ponían música jazz y eran más pequeños y discretos. Sin embargo, a Mía le gustaba todo lo contrario y como ambos se simpatizaban, acepto ir con ella. El ambiente era muy bueno después de todo, ponían música que incluso ya no estaba de moda y la forma de las mesas eran muy singulares. La chica parecía estar encantada ahí, así que sin decir nada, se sentó junto a ella, en una mesa cerca de una gran pista de baile que estaba en el centro y dejo que ordenara algo primero, antes de comenzar a articular alguna palabra…..

-¿Es la primera vez que vienes?
-Así es y no me arrepiento en lo absoluto
-Ya veo…..
-Se que nunca has venido a esta clase de lugares, pero nos divertiremos, te lo aseguro
-No confió en ese “aseguro” sabes
-No importa, te lo aseguro y punto

Preguntándose cómo había llegado a simpatizarle tanto esa chica, la vio comer en silencio, hasta que un tema de conversación junto con varias preguntas, llegaron a su mente, vacía hasta el momento….

-¿A tu esposo no le molesto que salieras sin él?
-A él no le molestan esas cosas Frank
-Nunca me hablas mucho sobre él. ¿Lo amas?
-Debo admitir que si, un poco, pero es difícil….
-¿Difícil?, ¿a qué te refieres?
-Escucha, música twist, me encanta el twist. Exclamo Mía con un aplauso, cambiando radicalmente de tema
-Si….es interesante, hasta lo difícil lo es. Contesto Frank, siguiéndole el juego, con una sonrisa
-Y maslo difícil de mi matrimonio, porque Paul con costos me quiere……

Esa era la primera vez que Mía admitía que lo estaba empezando a amar y que el con costos la quería. Y se sentía extraña, muy extraña, pero ni siquiera lo había notado, así que le puso atención al hombre que había acabado de subir con un micrófono a la pista de baile e ignoro inclusive a Frank, que no le quitaba los ojos de encima.

-¿Escuchaste eso?, un concurso de baile
-Si ya lo escuche….
-Deberíamos de participar, yo soy muy buena bailando y desde hace mucho que no bailo esa clase de canciones
-No lo sé Mía, lo mío no es el baile
-Oh vamos Frank, no seas tan amargado, vinimos a divertirnos, recuérdalo

Y jalándolo del brazo, lo llevo a la pista, donde el hombre comunico muy animado que ya estaba la primera pareja de participantes. Frank no solo estaba nervioso, sino que también le daba algo de pena estar ahí, mas viendo como todos estaban pendientes de ellos. No obstante, Mía le guiño el ojo para tranquilizarlo, escuchando como de algún lado salía You Never Can Tell de Chuck Berry y eso era lo que debían bailar. Siguiéndola y quitándose la vergüenza al paso del tiempo. Observando como ella hacia todos los movimientos con mucha perfección y daba vueltas sin caerse, con la canción sonando de fondo y todo el restaurante en silencio, con ojos expectantes encima de ambos, que en definitiva, irían a ganar el concurso……

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She’s Not There sonaba de fondo, con humo de cigarrillo alrededor, acumulándose por toda la habitación, con ventanas cerradas. Dos siluetas se desdibujaban en el centro, pero no eran dos siluetas cualquiera, sino que eran la George y Sarah, que sin hacer ningún tipo de movimiento, se miraban a los ojos, escuchando la música y respirando cada vez con más dificultad. Soltando pequeñas frases que no terminaban en nada, cada minuto……

-Todo sigue tan extraño…..
-¿Tengo que contestar a eso?. Pregunto George en un susurro, mirándola con intensidad
-No lo sé, solo quería confirmar nuestro estado por centésima vez
-No hace falta, ya está demasiado confirmado sabes
-¿De verdad quieres estar conmigo George?
-¿Por qué no?, me gustas mucho Sarah, siempre me has gustado…..

Pero por más que hubiese dejado a Ringo y ni siquiera lo quisiera ver de lejos, Sarah seguía sintiendo algo por él en el fondo y seguía sin estar muy segura que sentía por George, aunque aceptaba que también le gustaba mucho. Esto sabiéndolo George, que igual la comprendía, ya que el pasaba por algo similar con Victoria…..

-Deberíamos de estar solos un rato, o bueno, si eso quieres…..Intento decirle George, con voz pausada
-No George, yo no quiero estar sola, me siento bien contigo
-¿En serio?
-En serio, eres muy cariñoso, inteligente y bueno…..
-Pero aun quieres a Ringo
-Sí, lo admito, estaba enamorada de él, si no es que aun lo estoy, pero lo nuestro ya no funciona más

En esto, George prefirió no decir nada mas, y dando por zanjado el tema, como todos los anteriores, sin futuro. Se paro para apagar la radio, donde una canción de la banda comenzaba a sonar. No era momento de escucharse a sí mismo, o a su guitarra en realidad……

-Me gustaba esa canción. Comento la chica, también levantándose del suelo
-¿Si?, ¿escuchas nuestra música?, pensé que tenias mejores cosas que hacer….
-George…..ustedes suenan en todas partes, es inevitable no escucharlos
-¿Ya te había contado que pronto saldrá una caricatura nuestra?, ¿raro no?
-Te veras adorable en caricatura
-No lo creo……
-Ya veremos entonces

Encendiendo otra vez el radio, Sarah se prendió luego un cigarrillo y se volvió a sentar, invitándolo a él, que hiciera lo mismo. Para volver a como estaban antes, tan cómodos y fuera de la realidad y tan bien juntos….

-¿Me creerías si te digo que entre nosotros si hay amor pero es de otro tipo?
-¿Otro tipo?. Pregunto el contrariado, con el cigarrillo apagado entre los dedos
-Sí, de otro tipo George, de otra clase, otra clase de amor. ¿Entiendes?
-No, pero suena bien…..

Y eso era hasta ahora lo que  Sarah tenía claro. La clase de amor que compartían. Uno muy raro para la gente común, pero muy inteligente para la gente de su clase, especial y loca que marcaba la época y marcaba y entraba ya en lo normal y en lo ya acostumbrado……

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Citarse con una vieja amiga, definitivamente le vendría bien. Necesitaba encontrarse con alguien que no estuviera en su círculo y que extrañaba, y era Anne. Su antigua amiga de la infancia y compañera de hospital. Ambos tenían la misma edad y después de que a ella le entraran ganas de contactarlo y lograr hacerlo. Ahí estaba en su casa, esperándola con muchas ansias y con la carta que ella le había mandado, todavía sobre la chimenea. De seguro la chica le preguntaría cosas triviales y cosas que le incomodarían, pero quiso pensar que no seria así y casi corriendo fue a abrirle cuando escucho el timbre. Encontrándosela con una inmensa sonrisa y los brazos abiertos, con los mismos ojos que y el mismo color de cabello, con que la recordaba más a menudo…….

-Ritchie, que gusto verte. Exclamo la chica, abrazándolo fuertemente
-Anne. ¿Cómo estás?, hace tiempo no te veía
-Yo sí, siempre en la televisión, en Liverpool no se cansan de los Beatles
-Sí, algo me han contado, pero pasa, no te quedes ahí parada
Ayudándola a quitarse el abrigo y sosteniendo su bolso, Ringo poco después la invito a la sala, donde ya estaban dos tazas de té esperándolos y muchas cosas que contar…..

-Que casa mas grande, pero me gusta. Comento la chica, sentándose lentamente mientras miraba todo  su alrededor
-Ya lo sé, es demasiado grande, creo que debí quedarme en mi departamento
-¿Por qué te fuiste?
-Porque comencé a vivir con mi ex aquí, pero ya sabes…..todo se acaba tan rápido en esta vida
-Sí, algo escuche y lo lamento mucho Richard
-No, no lo hagas, simplemente dejo de funcionar
-A mi me ha pasado algo parecido sabes
-¿En serio?
-Sí, el tipo me fue infiel

Esa palabra, hizo que Ringo se acordara de tantas cosas, que no pudo evitar que entre esas tantas cosas, estuviese Sarah y la razón del porque terminaron. Ahora se daba cuenta que para la mujer era muy difícil algo así y viendo como Anne comenzaba a ponerse cabizbaja, quiso animarla y reconfortarla, sentándose a su lado y abrazándola de nuevo……

-Te extrañe mucho Anne, como hemos crecido…..
-Lo sé, extraño mi niñez aunque fuera en un hospital
-Por lo menos sobrevivimos, ¿no crees?. Y creo que eso significa mucho
Finalmente lo logro, logro animarla y feliz como él la había encontrado, afuera en la puerta, Anne rebusco algo en el bolso que Ringo no sabía que era, hasta que vio unas cuantas fotografías en las manos de ella. Eran fotografías de ambos cuando eran niños, se las había encontrado en un viejo álbum y no tardo en sacarlas de ahí y llevarlas. La chica presentía que eso iría a alegrar mucho a Ringo y así fue cuando él las recibió con mucho entusiasmo y las observo con nostalgia…..

-Quien iba a creer que te volverías tan famoso….Dijo ella entre un suspiro, luego de ir viendo las primeras fotos en silencio junto a el
-Oh Anne, te aseguro que ni me pasaba por la mente, además, la fama no es tan importante
-¿No te gusta ser famoso?
-A veces no, a veces sí. Depende de la situación
-Claro, pero supongo que disfrutas estar en la banda, ¿no es así?
-¿Recuerdas cuando fui muy atrevido y te di un beso en la boca?, bueno algo así de repentino y raro fue lo que sucedió con la banda

Riéndose por la comparación, al mismo tiempo que sonrojada, ya que la chica no se acordaba de eso, acepto que la llevara a conocer el gran jardín, mientras seguían conversando de viejos momentos y se daban consejos. Si, definitivamente el encuentro con su vieja amiga de la infancia no le había caído tan mal y esperaba distraerse con esa nueva visita en su casa, que no llegaría a tomar otros caminos, como las relaciones que tenia últimamente con mujeres.

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Para los cuatro, siempre era raro verse en el periódico o televisión, sin embargo, esa tarde, mientras Paul, John y Mía, veían uno de los últimos conciertos grabados de la banda, en la televisión,  no hubo ningún tipo de incomodidad, si no solamente chistes y risas sobre eso.  Al menos, había algo positivo en todo eso y debían aprovecharlo……..

-Creo que ese atuendo definidamente no se me veía muy bien. Comento Paul serio, viéndose con detenimiento
-Claro que te ves bien, no digas tonterías. Le contesto Mía golpeándolo con el codo para que dejara de decir esas cosas
-No le mientas Mía, en serio se ve mal, como siempre. Replico John con sorna, metiéndose un puño de palomitas en la boca
-¿De dónde sacaste eso?. Le pregunto Paul contrariado, tratando de no golpearlo por sus comentarios
-Mía hizo, pero no te dio a ti porque te pones más gordo de lo que estas

Frunciendo el ceño, Paul se le tiro encima, no importándole que Mía estuviera en medio de ambos y también salía afectada. Aunque los golpes, no eran serios, si no parte de todo lo que pasaba…..

-Ya basta, no son niños. Grito Mía histérica, levantándose del sillón
-¿Escuchaste?, ya enojaste a tu esposa, esta noche no habrá acción, pobre de ti. Le dijo John a Paul, para molestarlo aun más
-Cállate Lennon, o te echo de la casa
-Y yo que te iba a enseñar algo……
Intrigados por saber qué era eso que John quería enseñar, Mía y Paul se miraron con complicidad, antes de acorralarlo y exigirle que contara que pasaba. Desde que había llegado, estaba actuando muy misteriosamente y era hora de que hablara……

-¿Qué sucede?, dinos. Dijo Mía, muy cerca de su rostro
-Una chica me está acosando y no es una chica común y corriente
-¿Qué?, ¿Cómo?. Pregunto Paul confundido, acercándosele más
-Sí, ayer le pregunte al guarda del edificio si llegaba alguien sospechoso casi siempre y me dijo que siempre veía una chica entrar con un papel en las manos. Tiene que ser la que me deja mensajes extraños
-Demonios, pero a ustedes sí que los persiguen los anónimos. Exclamo Mía, riendo con la situación
-No es para reírse. Le contesto John seriamente, haciendo que parara de hacerlo
-Lo siento, es que es en serio, siempre alguien le está mandando algo raro
-Es verdad, pero es que tenemos muchas admiradoras, no es nuestra culpa. Dijo Paul, tratando de ponerla celosa
-Yo también tengo admiradores y dan la cara Paul

Sin embargo, John quería que le creyeran con más seguridad y saco el último mensaje que recibió, ya muy arrugado y casi roto, por tenerlo tanto en su bolsillo y no doblarlo. Solo a Regina le había enseñado los mensajes y con mucha más intriga, Paul y Mía lo observaron, hasta que sin poder entender nada, se dieron por vencidos y se lo devolvieron.

-No entendí nada John, a ti sí que te siguen personas raras
-Ya se, es una maldición
-Tranquilo, no creo que te afecte tanto, menos si es una chica
-Ahora si estoy decidido a averiguar quién es, estoy harto de esa mierda de los mensajes, es estúpido……

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Tiempo después, cuando John ya se había ido, Mía pensó en ir a escribir un poco, luego de hacer la cena. La inspiración seguía llegando y ya iba por la mitad de la historia, por lo que esa era ahora su prioridad y Paul ya lo notaba, al darse cuenta lo tarde que se acostaba y las horas que pasaba encerrada en esa habitación, sin tomarlo muy en cuenta, ni a él, ni a Isabelle. Así que cansado, de todo eso, estropeo los planes de la chica, cuando la detuvo en las escaleras para hablar con ella, llevándola a la sala para arreglar la situación de una vez por todas.

-¿Tienes algo importante que decir?. Le pregunto Mía, con expectación
-Sí, algunas cosas
-Bien….comienza
-No me gusta que estés tanto, encerrada escribiendo
-¿Disculpa?, no sé qué tratas de decir
-Mía, te estás olvidando de todo, te estás olvidando de tu familia
-¿Y desde cuando te importa tanto la convivencia familiar?
-No me vengas con dramatismos ni reproches, le haces falta a la niña
-¿Y a ti?
-También….

Pero la chica no le creyo demasiado y sin tomarle mucha importancia a sus quejas, se dispuso a hacer lo que tenía planeado. Siendo detenida por el otra vez, que con un pequeño jalón la atrajo, para que lo tomara más en serio…..

-Maldita sea la hora en que volviste de Francia
-J’etais. Contesto ella en francés, para molestarlo un poco
-¿Qué significa eso?
-Nada especial
-Mía, lo siento, es solo que….
-No te preocupes, ya te iras de gira otra vez, y saldrás de aquí, solo espera unos días
-Pero no es eso
-¿Entonces?


No obstante, Paul no le quiso responder y le dijo buenas noches con un beso en los labios, viniéndole a la mente su cita con Frank la noche anterior y la confesión de que estaba comenzando a amar a Paul……lo estaba comenzando a amar y tenía que ser una broma. Aunque quizás no lo era, porque le hizo caso y den vez de ir a su estudio, se fue a dormir con el……. 

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Después de largos días, estoy de vuelta. Esta vez salio de invitada especial Elena, a ver si no te decepcione jajajaja siempre me da miedo eso XD el comienzo de la historia esta inspirado en una parte de la película Pulp Fiction, porque de uno de los personajes que sale ahí, me inspire para Mía (de hecho se llaman igual) y siempre quise meter algo parecido al fic. Es mas, para las que preguntan, Mia esta inspirada en tres cosas: La primera en la canción Mrs. Robinson y el personaje de la película el Graduado que se llama igual, que es muy atrevido, la segunda en el personaje de Pulp Fiction: Mía Wallace, que también tiene una personalidad muy parecida al personaje de aquí y después en que  Mía en español no es solo un nombre, si no que tiene sentido de pertenencia y ella es de Paul (si algo muy cursi lo se XD). Y bueno con esto me despido, ojala les haya gustado el capitulo :)