Capitulo 70

                                           8 meses después

Con el tiempo volando a cada segundo que pasaba en el reloj; llevando vidas consigo y momentos extraños e inolvidables. Pasaron meses para que muchas cosas se resolvieran y cambiaran. Desde las crisis existenciales de John, hasta la confianza de George por componer canciones y mostrarlas. Sin embargo, no solo eso había cambiado en la banda, que seguía en giras y tenía más discos nuevos en el mercado (Help y Rubber Soul).

Ya era el año 1966, nuevas drogas hacían estragos en la mente de la sociedad, al igual que intercambio de opiniones revolucionarias. Y cambios en la música y arte en general, estaban incluidos. 8 meses parecía muy poco tiempo para que todo esto ocurriera, pero lo cierto era que se trataba de algo que se venía dando desde años atrás, con una generación en contra de las viejas generaciones. Los Beatles no solo eran parte de ese cambio, ni propulsores de eso, si no que muchas otras bandas y personas también. Londres era ahora la ciudad donde todo ocurría y donde todos querían ir, era la ciudad donde vivían cientos de artistas con cosas nuevas que ofrecer y aunque a muchos no se les daba una oportunidad para mostrar sus trabajos al mundo, otros tenían la suerte de haberla llevado consigo desde siempre. Mía era una de esas personas, ya que ahora no solamente era la esposa de Paul McCartney, si no una de las escritoras más creativas que había visto nacer Gran Bretaña. A pesar de no tener experiencia en el campo de la literatura y solo haber escrito en sus diarios personales cosas que a su a ver no eran muy coherentes y al mismo tiempo sí. Se había convencido de publicar su libro “Viajes entre mentes y placeres”, y era ahora el más vendido en el país. Después de haber sido rechazado por casi todas las editoriales de la ciudad, gracias a su contenido bizarro y poco común, una editorial relativamente nueva y que no era muy conocida, acepto el libro, sacándolo a la venta apenas tres meses atrás  No obstante, desde el comienzo, este se empezó a vender en buenas cantidades, tanto que Mía llego a pensar que solo lo compraban porque la escritora estaba relacionada con un Beatle (y aun seguía un poco convencida de ello), sin embargo, esto no era así, porque no solo fans de los Beatles lo compraban, sino que también personas que no gustaban de la banda y compraban en librerías de Camden u otros lugares, que estaban en sótanos o tiendas  no concurridos por mucha gente y que vendían material de artistas no explotados por grandes empresas. No obstante, la prensa y fans club no tardaron en sacar provecho de la nueva fama de la chica. En el fans club de The Beatles se vendía con descuento y la prensa ahora le ponía más atención que antes. No solo porque nadie se imagino que Mía fuera a convertirse en escritora, si no porque el libro tenía una historia poco convencional, que casi nadie entendía. Hablaba sobre personas descubriendo otros mundos por medio de sueños que tenían despiertos, con gente y una cabeza de animal, con el cielo de colores mezclados, océanos verdes, poetas con cierres en la boca y discos de música creciendo en los arboles. El libro daba el comienzo a una nueva era, que pronto tendría un significado y palabra, pero que todavía nadie sabía descifrar. Y se hablaba tanto sobre la historia del libro, que se llego a decir que Mía lo había escrito bajo los efectos de alguna droga. Porque en realidad, los mundos del libro, parecían ser creados bajo los efectos del LSD, pero la chica nunca había consumido el LSD, cuando lo escribió no había escuchado mucho sobre el LSD y ahora tenía miedo de ser catalogada como una consumidora de una droga que no tenía en sus manos, ni sabía cómo era.

Paul se reía de las preocupaciones de ella, que le parecían tanto absurdas como tontas. Él, la había visto escribir el libro en sus cinco sentidos, con simplemente la inspiración como ayuda. El había sido una de las primeras personas en leerlo y le encantaba, estaba orgulloso de la chica. Ahora que estaba grabando otro disco, le llevaba copias del libro para que los firmara a petición de empleados del estudio, lo tenía siempre en su mesa de noche. Y simplemente no quería que creyera en esos rumores, mucho menos ahora que a causa de eso casi no salía y estaba más apegada a él….

-No quiero que vayas al estudio hoy. Dijo Mía con voz pausada, temprano en la mañana cuando aun estaban acostados

-Debo ir, no nos podemos atrasar y lo sabes

-Está bien pero si vas no traigas mas copias del libro, no quiero verlo en mucho tiempo

-¿Y por qué no?, es grandioso y a la gente le gusta

-Yo no quería ser famosa Paul

-Ya lo sé pero así es la vida

-¿Y qué voy a hacer ahora?, no quiero que piensen que lo escribí drogada, soy madre de una niña de 4 años, puedo tener problemas y cosas así

-Mía, te enteraste de que con el LSD se veían a las personas con cabeza de animal, porque John te lo dijo, tu no sabias nada, solo tienes una gran imaginación, eso es todo

-Pues….

-Lo siento pero tienes que salir, no puedes esconderte toda la vida, Dunbar me llamo anoche, quiere que vayas a la Indica a una firma de autógrafos y vas a ir, no quiero un no por respuesta

-¿No puedes decirle que estoy enferma?

-Ya quisieras, pero yo no miento con esas cosas

La relación entre ambos, era igual que siempre, tenía sus buenos momentos y sus malos también. La idea del matrimonio abierto seguía en pie, Paul se metía con tantas mujeres como Mía con hombres, a pesar de que afuera eran vistos como la pareja ideal. Pero aun con todo eso y con el hecho de que el chico seguía sin estar enamorado de ella, se preocupaba de su nuevo problema, aunque no solo él le decía que saliera, todos en general se lo decían y le aconsejaban disfrutar el éxito. Sarah era una de esas personas. Sorpresivamente había madurado mucho desde que poco tiempo atrás se casara con George a escondidas en Grecia. Y desde   que Mía evitaba a casi todo el mundo, iba todos los días a verla en las mañanas. Esta vez con el mismo George, que debía enseñarle algo a Paul. No tardando en subir a la habitación principal con la chica, apenas Rose les abrió la puerta principal.

 -Mía, si no te levantas en cinco minutos, yo te saco de la cama. Le dijo la chica a Mía autoritariamente

-No, déjame en paz. Contesto enojada mientras se tapaba con las cobijas

 -Paul haz algo

-Lo intento desde las 7 am, porque no me dejo dormir. Y me extraña no estar de mal humor por eso

-Mía, Isa te espera para que la lleves a la escuela

-Rose puede hacerlo

-Deberían de dejarla, ella quiere estar sola. Dijo George preocupado, sentándose al lado de la chica

-No George, no sale de la cama desde hace una semana, parece enferma. Replico Paul molesto, empujándolo para que se pusiera de pie otra vez

-Es la primera vez que la veo así, creo que en realidad fue mi casamiento la que la afecto

-Deja de decir estupideces Sarah, eso no fue. Mascullo Mía, tirándole una de las almohadas

-¿Pueden salir?, se me acaba de ocurrir una idea. Dijo Paul, acompañándolos a la puerta para cerrárselas en la cara

No dudaba de que hasta a la ama de llaves le preocupaba la condición de Mía, pero solo él podía animarla y convencerla de que saliera y conocía muy bien que lo provocaría. Porque a pesar de que no la tenía en mente cuando escribió Here There and Everywhere, a la chica le encantaba la canción y le encantaba que se la cantara en el oído, aun en los tiempos en que se había accidentado con la motocicleta y tenia hilos en la boca…..

………………………………………………………………………………

Acostumbrada totalmente a su nueva vida, Cynthia era ahora muy feliz en Italia, junto a Daniel y su hijo. Ya sabía hablar mejor el italiano y los empleados de la casa la respetaban mucho mejor que al principio. Solo había vuelto a Inglaterra a visitar a su madre y a Mía y Sarah que siempre le escribían. John en sus tiempos libres iba a ver a Julian y entre ambos todo iba bien.

Sin embargo, Daniel después de estar un año con ella, no quería seguir siendo solamente su novio. Quería casarse con ella y aunque habian hablado del tema antes y ella no estaba muy convencida de casarse por segunda vez, el trataba de hacerle ver lo positivo con miles de frases y comentarios. En serio estaba enamorada de ella y a pesar de que su relación había comenzado de manera muy extraña, Daniel la quería por siempre a su lado y ahora con un anillo recién comprado, se dispuso a pedirle matrimonio, de la manera más casual que se le pudo ocurrir, mientras ella tomaba el desayuno en el comedor…..

-Buenos días

-Buenos días cariño. Dijo Cynthia devolviendo el saludo mientras le daba un pequeño beso en la boca

-Pense que me esperarías para desayunar

-Lo siento, es que tardaste mucho en bajar

-Lo sé, no te preocupes

-¿Tienes que ir al trabajo hoy?

-Sí, tengo una reunión importante

Daniel, que no estaba adoptando la vida hippie que comenzaba a surgir en el mundo, llevaba en realidad una muy ocupada en su empresa, con ejecutivos importantes y negocios regocijantes. Su vida en sí, era mucho más diferente a la de John pero Cynthia también ya estaba acostumbrada a esto y encogiéndose de hombros siguió comiendo, antes diciéndole a una de las empleadas cercanas que trajera a  Julian para que desayunara con ellos. La presencia del niño era algo que dificultaría un poco los planes de Daniel, pero tampoco le importo demasiado y nervioso, comió en silencio hasta que termino, solamente escuchando las conversaciones de Cyn y su hijo.

-No, tu papá está grabando un disco, por eso no ha venido. Le dijo por ultimo Cynthia a Julian antes de que el chico los interrumpiera

-¿Podemos hablar?. Le pregunto entre balbuceos e inseguridad

-¿En privado?

-Como gustes

Sabiendo que se sentiría más cómodo si estaban solos, lo invito a ir al jardín con ella, para tomar un poco de aire fresco y hablar con tranquilidad. Sentía que el tenia algo importante que decirle, así que el ambiente escogido era igualmente importante.

-Bueno, ¿Qué pasa?

-Cyn, ya llevamos muchos meses juntos, ¿cierto?

-Si, así es

-Yo se que hemos hablado de esto muchas veces y que tú no te quieres casar…

-Espera-  Dijo la chica interrumpiéndolo de golpe,- ¿Me vas a pedir matrimonio?-

-Eso pensaba

-Daniel, tu sabes que no estoy lista para eso

-Pero…..yo te amo Cyn y quiero reafirmar nuestro amor con el matrimonio

-Ya lo sé, pero no estoy lista, entiéndelo

-Entonces hagamos una cosa

-¿Qué?

-Guarda el anillo y póntelo cuando estés lista, no importa cuando ni en qué momento

En ese instante saco el anillo que había mantenido en su bolsillo todo el rato y se lo puso en su mano, cerrándosela de inmediato. Cynthia ni siquiera lo vio, solo se quedo mirándolo a los ojos, para ver si era sincero con lo que decía, comprobando que realmente si lo era y que de verdad la esperaría toda la vida…..

……………………………………………………………………………………..

Luego de haber dejado sus estudios definitivamente y haberse recuperado de la sobredosis, Victoria decidió mudarse con Ringo en su mansión. Ya no era la chica Mod que él había conocido, aunque seguía teniendo esa esencia y  su Vespa también. Sin embargo,  ya no llevaba un estilo de vida tan caótico como un año atrás. A pesar de que seguía teniendo contacto con Joseph y otros amigos, prefería quedarse en casa casi todos los fin de semanas o salir con Ringo. Ya los problemas de la última etapa de la adolescencia habian desaparecido e incluso era amiga de George, y estaba interesada en la cultura India al igual que él. A Ringo esta influencia sobre ella con respecto a la meditación y esas cosas, le agradaba, porque le hacía bien y a la chica le entusiasmaba y la ponía feliz, así que nunca se ponía celoso, ni trataba de frenarla. Mucho menos ahora que tenía ganas de aprender a tocar el sitar y siempre lo decía….

-¿A qué hora te levantaste hoy?. Le pregunto a la chica, interrumpiendo la lectura que esta mantenía en el jardín

-A las cinco, ya sabes que siempre me levanto a esa hora para meditar

-Cierto, lo había olvidado

-Mentiroso, ya bien lo sabes, es difícil de olvidar

-Sí, quizás tengas razón

Sus intenciones no solo habian sido interrumpirla y preguntarle algo banal, si no saber si ella estaba de verdad de buen humor a esas horas. Se podía decir que Ringo ya había superado por completo la relación con Sarah y estaba muy enamorado de Victoria, así que la trataba de complacer con lo que fuera y ahora le tenía una sorpresa que sabía, a ella la pondría muy feliz. No obstante, Victoria sospechaba que algo le pasaba y que algo traía entre manos, por lo que cerrando su libro decididamente sin doblar la página por la que iba, se levanto de un salto para acercársele lentamente y sacarle la verdad.

-Estas muy raro hoy

-¿Si?, yo me siento normal

-No te hagas Richard, dime que pasa

-Bien, pero promete no volverte loca

-Pero si loca ya estoy

-Es verdad…..entonces no te pongas frenética

Con eso, Victoria supo que algo emocionante iba a suceder, así que tratando de estar calmada, siguió a Ringo hasta el salón de música, donde le tapo los ojos con un pedazo de tela que se encontró cerca. Le tenía una gran sorpresa y realmente fue una gran sorpresa, cuando al quitarle la venda, con el regalo ya en frente suyo, la chica abrió los ojos como platos y se abalanzo a él para abrazarlo y darle besos por todo el rostro.

-Oh Richard, es un sitar, no puedo creerlo

-Me venias diciendo que querías aprenderle a tocarlo ya que te gusto mucho el de George, así que mande a traer uno de la India

-¿De la India?, eres el mejor

-Oh demonios, te has puesto frenética

-Lo siento, es inevitable

-Bien…..ahora lo que no sabes es que hable con George y te va a llevar al tipo que le enseña sitar para que te enseñe a ti

Más feliz aun por la noticia, lo volvió a abrazar, diciéndole te amo en el oído. Casi nunca se lo decía, pero cuando estaba así de feliz era obvio que pronto lo exclamaría como si de cualquier otra frase se tratara. Sin embargo, ella si lo sentía al igual que Ringo y lo sintió desde el principio.

……………………………………………………………………………

La vida de Regina y John, seguía casi igual, excepto por el amor tan profundo que ahora se sentían y la fama de la chica como artista plástica. Después de haber ido a América el fin de año anterior y tener mucho éxito en sus exposiciones, mas puertas se le habian abierto en Gran Bretaña y su trabajo ahora era mejor reconocido. Llevaba también, una vida poco normal con John, siempre estaban tratando de inventar cosas o de aprender cosas nuevas, el LSD lo volvieron a probar y les agradaba, aunque aun no eran fuertes consumidores.

Esa mañana, Kenwood estaba peor que siempre. Tan solo la noche anterior, habian ofrecido una fiesta en la propiedad y hasta el amanecer todos se habian ido. Vasos por todo el piso, sillones desacomodados, cojines tirados, la cocina con platos y botellas de alcohol por todas partes, eran tan solo algunas de las cosas que se podían ver. Ya estaban acostumbrados a ese tipo de desorden, no les importaba en lo absoluto y una prueba de eso fue como se sentaron cerca de la piscina a relajarse, sin hacer nada y como si el desastre de adentro no existiese.

-¿Tienes que ir al estudio hoy?

-Si, en la noche

-Bien, asi podre terminar la pintura a tiempo

-Yo queria que me acompañaras

-Ni loca John, ya sabes que no me gusta ir al estudio contigo

-¿Por qué?

-Porque una cosa es que queramos estar juntos y otra es estar juntos siempre, necesitamos nuestro propio espacio también

John no solo había sido posesivo con Cynthia, si no que ahora también lo era con Regina y aunque ella lo sabía soportar y ponerle un límite, había casos en que se ponía demasiado insoportable y esa mañana no fuera la excepción….

-Me gusta que me acompañes, por eso lo decía

-No, no me gusta meterme en tu trabajo, es tu trabajo

-Está bien, te traeré algunas grabaciones listas para que escuches como van quedando las canciones

-Me parece bien pero no me hagas decir opiniones o cosas así porque ya sabes que no sé nada de eso

Dado por terminado el tema, la chica se puso sus gafas de sol otra vez y se recostó en la silla de manera mas cómoda, no notando que John no le quitaba los ojos de encima y se daba cuenta que ella estaba un poco molesta. Sin saber exactamente porque, acerco la silla a la suya para hablarle de frente, no le apetecía discutir pero necesitaba preguntarle que le pasaba….

-Siento si dije algo malo

-No dijiste nada malo, es solo que siempre quieres que este encima de ti y sabes que soy muy independiente

-Lo sé, discúlpame, a veces me descontrolo

-Ve al estudio hoy, yo me quedare terminando lo mío y todo bien

-¿Te caen mal los chicos?, he visto que no te gusta estar mucho con ellos

-Me caen muy bien John, no digas estupideces, es solo que no me gusta irrespetar tu espacio con ellos, eso es todo

Desconfiando un poco de su palabra, John alejo su asiento y se quedo en silencio, adivinando si de verdad todo estaba bien entre ambos. Desde siempre, ella no había tenido mucho interés de mezclarse con sus amigos y lo que el menos quería, era alguna brecha irreparable entre personas a las que le tenía tanto aprecio, por eso ocurriéndosele una idea, sonrió ampliamente, esperando que a ella le gustara cuando se la comentara.

 -¿Recuerdas que me dijiste que el libro de Mía te había gustado?

-Sí, ¿Por qué?

-Porque mañana te puedo llevar a su casa para que le firmes tu copia

-¿Crees que le agrade verme ahí?

-Vamos Regina, ellos son amables, no muerden ni nada similar

-Ya sé, pero ella es tan seria cuando estoy yo

-Mía es así, mañana te llevare a tu casa para que conversen y les cuentes tu idea de plasmar el libro en una pintura, se que te lo va a permitir y le gustara el plan

-Pues eso espero……

………………………………………………………………

Con el merito de haber logrado que Mía saliera de la habitación finalmente, Paul la ayudo a bajar a la cocina donde Rose le tenía el desayuno listo. Sarah y George seguían en la casa, esperándolos, solo que no como suponían, si no besándose delante de Isabelle que tenía los ojos tapados con sus manos. Desde el casamiento que parecían niños de 15 años en su primer romance y eso le chocaba tanto a Mía que apenas entro y los vio, no tardo en golpearlos con un trapo para separarlos.

-Asquerosos, ¿no ven que mi hija esta aquí en la cocina también?

-Oh lo siento Isabelle, no te habíamos visto. Dijo Sarah muy avergonzaba, tapándose con el brazo de George

-¿Ya estas mejor?. Le pregunto George a la chica, con una sonrisa amable para que no se enojara con el

-Sí, gracias

-Pues claro que ya está mejor, ¿no lo ves?. Quien sabe que le hizo Paul para que se animara tanto

-Sí, me canto una canción, ¿no es romántico mal pensados?

-Algo. Contesto su hermana con sonrisa sínica, antes de evadir el otro trapo que le tiro Mía

Pero cansado de tenerlos ahí, Paul prácticamente los echo, mandándolos a dejar a Isabelle a la escuela, ya que le iba a agarrar tarde. Quedando solo con Mía después de convencer a la niña y dejarlos en el portón.

-¿Qué tal si aprovechamos que Rose esta lavando para ir a la habitación de nuevo?. Le pregunto a la chica, luego de llegar de nuevo a la cocina y verla sentada en el mueble

-No, te dije que no lo íbamos a hacer hasta que fueras al dentista a arreglarte ese diente

-No sigas con eso, ya Brian me lo dijo también, hasta insinuó que me daba miedo el dentista, a mi no me da miedo

-Sí, claro…..la próxima vez que te vea en la motocicleta te dejo sin el otro así que hazme caso si no quieren andar sin dientes el próximo año

El hecho de que ya tuviesen un año de casados y se conocieran mejor que todos los 8 años que tenían de verse, hablarse y otras cosas. Hizo que Paul ya conociendo muy bien, el método para contentarla del todo, la jalara del brazo para acercarla a él, dándole risa la forma en que Mía lo miraba con el ceño fruncido.

-¿Si no me amas porque insistes tanto?. Pregunto la chica un poco molesta, viendo cómo salía de ahí

-Porque me importas y mucho

-Por favor Paul, tenemos un año y medio, casados y nada ha cambiado

-¿Y tú quieres que cambie algo?

-Si

-¿Lo que pasa con tu libro?

-No

-¿Entonces qué?

-La forma de quererme…..

No obstante, Paul no le pudo contestar nada, porque el teléfono comenzó a sonar y Mía para no darle más trabajo a Rose, fue a contestarlo, escuchando la voz de una chica que no conocía.

-¿Se encuentra Paul?

-¿Paul?, ¿Quién habla?

-Maggie, me dijo que lo llamara

No, lo que ella pedía no iba a cambiar y adivinando fácilmente quien era la tal Maggie para su esposo, le paso el teléfono con toda la naturalidad del mundo, mientras se iba a encerrar de nuevo a la habitación. El método del matrimonio abierto estaba empezando a tener consecuencias negativas para sus sentimientos y esperaba volverlos mas fríos de lo que esperaba, porque ese año no quería sufrir más…..aunque al final fuera algo imposible

……………………………………………………………………..

Luego de dejar a Isabelle en la escuela, en el auto, a George se le ocurrió algo que cambiaria los planes del día de golpe y que quizás lo haría romper las reglas en su trabajo, por primera vez….

-Vamos

-¿A dónde?. Le pregunto Sarah contrariada y un poco distraída

-No sé, salgamos de la ciudad, hagamos algo diferente

-¿No tienes que ir al estudio en la noche?

-Al diablo la grabación Sarah, ya no puedo estar sin ti y la rutina me está matando

-¿No es el anillo que está en el dedo anular?

-No digas tonterías, ¿quieres ir o no?

-Claro que si George, tengo 8 meses en los que me vengo prometiendo apoyarte y seguirte a todas partes…..siempre