Capitulo 45

Enero, no estaba durando lo que muchos querían que durara. Era de suponer, que podría ser por todo el rato ocupado que tenían todos, pero al mismo tiempo, el mes no les había rendido lo suficiente y aunque las ocupaciones de cada uno, estaban teniendo buen resultado, Mía en especial, sabía que la boda se estaba acercando, al igual que Paul y muy nerviosos, viajaron por última vez a Liverpool; esta vez con todos en general. Se casarían justo en un par de días, en una parroquia pequeña y después de que Mía pasara todas esas semanas yendo a la ciudad para revisar como iba todo, al fin los planes se habian terminado y era hora de lo más esperado. La prensa no sabía nada, Paul había dicho hacia 2 semanas que si estaba con ella, para acabar los rumores incesantes, pero no que estaban comprometidos y queriendo que los fans no tardaran demasiado en darse cuenta, decidieron llamar a un par de periódicos (uno local y uno que tenia alcance en todo el país)  y también a un fotógrafo francés amigo de Mía, para que fueran los únicos que pudieran documentar el evento y hacerlo público al día siguiente. En cuanto a los invitados, solo irían los amigos más cercanos de la pareja, la mayoría siendo amigos de la adolescencia que aun vivían en Liverpool y la fiesta, seria en un salón cercano a la iglesia, muy elegante y amplio. Pero en esos momentos, Mía no quiso pensar más en lo anterior apenas llego a casa de su madre con Isabelle, Sarah y también Victoria, ya que estaba agotada y luego de despedirse de Paul, que se quedaría en casa de una de sus tías junto con su Padre, su esposa, Mike y Ruth, se acostó en su cama y después de poner a sonar en el tocadiscos un vinilo de Elvis, se durmió plácidamente, hasta que su hermana la despertó horas más tarde.

-Hola dormilona. Saludo la chica, apenas Mía abrió sus ojos

-¿Qué quieres?. Pregunto con voz adormilada

-Ya es hora de cenar

-No tengo hambre Sarah

-Bueno, igual necesito que me ayudes con la leche de Isabelle, no sé cómo preparárselo

-¿Cuál es el afán de molestar?

-Ninguno, solo no quiero que permanezcas aquí encerrada hasta que sea la boda

-No me hables de eso por favor

-¿Por qué no?

-No quiero pensar en la boda, me la pase muy estresada todo el mes por culpa de eso

-Todas las novias pasan por eso

-Y Paul casi ni me ayudo, si no hubiera sido por ustedes, estaría muerta de cansancio

-Pero él estaba en el estudio grabando, ¿recuerdas?. Por eso no pudo

-Ya lo sé, pero aun así…….

Sarah sabia que cuando Mía comenzaba a quejarse y se aislaba, era porque no estaba  muy segura con alguna cosa que haría pronto y atemorizada hizo que la chica se sentara a su lado.

-¿Por qué andas diciendo todo eso?

-Por nada Sarah. Se limito a responder Mía secamente, con la mirada baja

-Mía, no sé que si te estás arrepintiendo de casarte con Paul, pero ya no hay marcha atrás

-No me estoy arrepintiendo Sarah

-¿Segura?, no quiero verte infeliz

-No es nada de eso, es solo que………siento que algo va a pasar después de casarme

-¿Cómo qué?

-No se pero es un presentimiento extraño sabes

-Pues seguro son los nervios. Ya no pienses más en eso y vamos abajo, mamá y Victoria nos están esperando para cenar.

Al no estar tampoco muy segura de esta última revelación, obedeció a Sarah y comenzó a hablar durante la velada, sobre otros temas, incluyendo su nueva afición por escribir en un diario que le había regalado Paul. Últimamente se encontraba teniendo sueños muy extraños y en la mañana cuando se despertaba, los escribía allí, teniendo ya varios que en resumen, eran bastante extraños.

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Pensativo, Paul salió al porche de la casa de su tía, a fumar un cigarrillo. La noche estaba muy fría pero no le importo demasiado; quería estar solo y evitar que su familia notara los nervios que sentía por la boda. Sin embargo, esa no era la única razón por la que quería estar solo y pensar un poco; se casaría con la única chica que había amado realmente, con su primer amor, pero ahora era la misma chica que ya no amaba y confundido al no saber si había hecho bien en pedirle matrimonio o si sería un buen esposo, se quedo allí parado al lado de la puerta, escuchando como minutos después, su padre interrumpía sus pensamientos.

-¿Todo bien?

-Hola papá, si, todo bien

-Pensé que ya te habías ido a acostar

-No, no tengo sueño

-Ven, sentémonos aquí y conversemos un rato, creo que necesitas hablar con alguien, ¿no es así?

El chico asintió y lo siguió hasta unas sillas que no estaban muy lejos. Su padre tenía razón, necesitaba hablar con alguien, pero al mismo le daba vergüenza sacar sus inseguridades afuera, frente a un hombre conservador que se había casado enamorado y no había pasado por lo que el pasaba en esos momentos. No obstante, al quedarse callado unos segundos y Jim ver que el no comenzaría a hablar, decidió hacerlo el mismo si mucho problema.

-Algo te perturba y seguro es por la boda, tranquilo, es normal sentirse nervioso antes de casarse

-Sí, seguro….

-Lo que me alegra es que al fin se vayan a casar, debieron de haberlo hecho desde hace mucho

-Hubiera sido peor, aunque por lo menos me hubiera pasado casado enamorado

-¿De qué hablas?. Pregunto Jim, contrariado

-Yo no amo a Mía, papá. La quiero muchísimo, estoy feliz a su lado, me llena, pero no la amo como antes

Algo sorprendido con la confesión de su hijo, decidió quedarse en silencio, escuchando junto a Paul el sonido que hacían los grillos en medio de la noche y sintiendo el frio que comenzaba ya a incomodar. No obstante, Paul se sentía mejor al haberle dicho a alguien todo eso y después de darle una última calada a su cigarrillo y tirarlo al piso, se levanto dispuesto a irse a acostar, no sin antes sentir como su padre lo agarraba del brazo para que parara y le dijera:

-El amor esta Paul, que tú no lo reconozcas es otra cosa

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A la mañana siguiente, Victoria que nunca había estado en Liverpool antes, decidió salir a dar una vuelta para conocer un poco. Sarah la acompañaría junto con Isabelle y mientras caminaban por las calles y la chica le contaba algunas anécdotas, decidieron sentarse en un parque cercano, para conversar y disfrutar el nublado pero agradable día.

-No entiendo como no vine antes, es una ciudad muy hermosa. Comento Victoria, mientras miraba a su alrededor

-Bueno, estoy segura que ahora vendrás muy seguido

-¿Por qué lo dices?

-Porque tienes amigos que son de aquí, como yo

-Ahhh claro

La niña, que solo se mantenía sentada al lado de ambas, en silencio mientras comía unas galletas, se acerco luego a su tía y al ver que esta no le hacia el mayor caso, se fue a corretear por ahí, hasta se encontró de frente con Ringo, que venía con su madre…..

-Isa, ¿Qué haces tan sola por aquí?. Le pregunto al ver que ya estaba un poco alejada

-Nada. Contesto tímida, mientras negaba con la cabeza

Pero antes de que el chico le dijera algo más, Sarah se acerco corriendo y la tomo en sus brazos, sorprendida a la vez, de ver a su novio allí esa mañana.

-Así que viniste con tu tía irresponsable, que bien. Dijo el chico, con sorna

-Que gracioso Richard, lo que sucede es que estaba distraída

-Hola Sarah, ¿Cómo has estado?. Pregunto la madre de Ringo, con una sonrisa

-Oh muy bien Elsie, muy emocionada por la boda de mi hermana

-Ah claro, recibí la invitación hace poco sabes

-¿Y va a ir?

-Por supuesto, no me perdería el mayor evento de Liverpool, además, tu hermana siempre ha sido una joven muy agradable y Paul también lo es

En esos momentos, Victoria que también hacia decidido acercarse para no quedarse allí sola, acepto junto con Sarah, ir a tomar un café a la casa de Ringo. El clima era el ideal para una cosa como tal y luego de que caminaran hasta allí en silencio, se sentaron en el comedor, donde Elsie no tardo en hacer conversación con la chica.

-Y cuéntame Victoria. ¿Te ha gustado Liverpool?

-No he visto mucho de la ciudad, pero por lo poco que Sarah me ha enseñado y vi ayer en el auto, me parece una ciudad muy hermosa

-Espero que vuelvas, no todos los días escuchamos a alguien de Londres decir eso

-Lo sé y le aseguro que volveré, la gente de aquí me parece más simpática que la de la capital sabe

-¿Escuchaste eso Richard?, creo que tu amiga me simpatiza mucho mas ahora. Exclamo la mujer con mucha alegría

Un poco tímida por estar en un lugar desconocido, Victoria no quiso hablar luego demasiado y se concentro en ver como Isabelle llenaba de miel el mantel de la mesa de manera muy graciosa. No obstante, un tema que venían comenzando le llamo mucho la atención y al a mirar a Sarah, vio que esta estaba sonrojada, por algo que su suegra acababa de decir.

-Mamá, creo que no es conveniente hablar de eso ahora. Le dijo Ringo, igual de sonrojado

-¿Pero porque?, creo que Sarah es la indicada para ti hijo

-Y lo es, pero no estamos listos para eso

-¿Para qué?. Se atrevió a preguntar a Victoria, muy intrigada

-Para casarnos. Respondió Sarah, casi en un susurro

-Oh, ya veo…..

-¿Tu te quieres casar algún día Victoria?. Le pregunto la mujer, provocando que ella también se sonrojara

-No lo sé, soy muy joven y no he pensado en eso todavía

-Claro, es natural. Yo solo espero que Richard le pida matrimonio a Sarah muy pronto, me haría tan feliz

Sarah sabia, que una vez su hermana casada o casi casada, le empezarían a preguntar esas cosas. Pero no era prudente hacerlo ahora y tampoco estaba lista, aunque Ringo ya lo tuviese planeado sin que ella misma supiera….

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Al terminar de cortar algunas flores del jardín de su madre, Mía salió de la casa, camino al cementerio donde estaba enterrado Stuart. Ya se le había hecho costumbre ir a visitar su tumba cada vez que llegaba a la ciudad y no tenía mucho que hacer. Seguía pensando en eso, siempre lo iba a considerar su más grande amor y aunque le molestaba darse cuenta que aun le dolía mucho su muerte, se armo de valor y con un canasto lleno de flores de todos colores, se encamino al lugar con paso lento.

-Hola Stu, he vuelto, te traje algunas flores que sembró mamá el verano pasado, no me gusta que todo aquí este tan gris, cuando tu siempre estabas lleno de color. Te sigo extrañando sabes, pero mañana me voy a casar con Paul, parece que logro su cometido al final y acepte su preposición, podrá parece muy alocado, pero sabes algo, creo que por primera vez lo estoy queriendo realmente y me alegra mucho……….como sea, perdón por no venir las veces anteriores que pise la ciudad, me mantuve muy ocupada con los planes de la ceremonia y recepción, por lo menos todo salió bien y solo quedar dar el paso final, mándame mucho valor y seguridad, ¿sí?, la voy a necesitar, porque al fin y al cabo tú fuiste el de la idea de que me regresara  a Inglaterra y en parte eres responsable de lo que me está pasando…..

No le importaba parecer una loca, al estar en un cementerio hablando sola, porque después de todo, ella no se sentía sola y con una media sonrisa y un suspiro, se despidió y acomodo las flores, partiendo luego a su casa con la mirada baja, por lo triste que la hacía sentir todo eso. No obstante, cuando ya estaba cerca de su destino, escucho como una motocicleta paraba justo a su lado y un poco asustada se volteo a ver de quien se trataba, sorprendiéndose mucho cuando vio que era Paul.

-Hola muñeca

-¿Paul?, ¿pero qué haces subido en esa motocicleta?

-Es mía, la mande a traer de casa de mi padre y llego ahora temprano

-No sabía que manejabas motocicleta también

-Lo sé, se me olvido comentarte y discúlpame. Pero bueno, pensaba aprovechar el día e invitarte a salir

-¿Con esa cosa?. Pregunto la chica, muy asustada

-Sí, te sientas detrás de mí y vamos a dar un paseo, ya se manejarla bien, no nos va a pasar nada

Convenciéndose de inmediato, despues de ver la cara de niño bueno que hacia Paul, le dijo que la esperara para ponerse otra clase de ropa y sin despedirse de su madre, salió nuevamente de la casa y se subió al vehículo. Era la primera vez que se subia a una motocicleta y Paul al sentir como al principio iba muy asustada y lo abrazaba con fuerza por la cintura, decidió bajar un poco la velocidad, hasta que llegaron al muelle, donde habian algunas cafeterías y restaurantes y donde años antes él, la había citado y ella lo dejo esperando…..

-Hace mucho que no venía a este lugar. Comento la chica, viendo todos los edificios de ladrillo que habian a su alrededor

-Yo tampoco, pero me acorde de un lugar muy agradable al que solía venir a veces hace unos años y pensé en traerte

-Por lo menos me trajiste aquí y no a un pub, vaya sorpresa

Una vez entraron al local, Paul con una sonrisa vio como el lugar no había cambiado nada y hasta música de los años 50’s seguía saliendo de una rocola, que se encontraba cerca de la mesa donde decidieron sentarse….

-¿Este no es el lugar donde me citaste una vez?. Le pregunto Mía, al recordar aquel episodio

-Sí, el mismo

-Perdón por dejarte plantado esa vez, ya sabes cómo era….

-No te preocupes, al fin logre que vinieras conmigo, ¿no?

-Sí, últimamente has estado logrando muchos cometidos del pasado Paul

-¿Qué quieres decir?

-Al final me conquistaste, ¿no es así?

-Y no sabes cuánto me alegra, pensé que serias mi sueño frustrado

Con una sonrisa, Mía se fue a la máquina de música y puso una canción de Elvis que a ambos les gustaba mucho. El resultado de la cita, llegando a ser muy satisfactorio para Paul, que luego de comer junto a ella lo que habian pedido, la invito a bailar, aunque nadie más lo estuviera haciendo y no había una pista de baile  

-Estoy nervioso por lo de mañana, pero creo que saldrá bien. Comento mientras seguían bailando y ella lo miraba con una sonrisa

-Yo también estoy nerviosa sabes, aunque no espero que todo salga perfecto, ya sabes que en Liverpool es una en un millón la boda que sale a la perfección

-¿Cuándo te vaya a dejar puedo ver el vestido?
-Ni en sueños, es de mala suerte, lo podrás ver hasta cuando llegue a la iglesia mañana

-Bueno, nada perdía con intentar…….

Un poco cansados de estar allí adentro, salieron y se sentaron en una banca, donde se podían ver los barcos. A pesar del viento y de lo nublado que estaba, se quedaron allí sin decirse nada más. No obstante, Mía llego a la necesidad de romper el silencio y al mirarlo con la mirada fija en el agua, le acaricio la mejilla, para sacarlo de su ensoñación.

-¿Ocurre algo?. Pregunto confundido, al ver como ella lo miraba a los ojos

-No, solo queria decirte que te quiero mucho, mucho Paul

 Sin  tardar demasiado, le dio un dulce beso en los labios y le tomo el mentón para ser ahora él, el que la mirara. Nunca le había oído escuchar eso de una manera tan sincera y al sentir como ese “te quiero” lo llenaba de seguridad, los pensamientos de la noche anterior se fueron y ahora si estaba listo para casarse con ella.

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Cansado de que su suegra siempre le lanzara indirectas cuando lo veía, John se fue al patio trasero, encendiéndose un porro, importándole poco donde estaba. No obstante, al ya estar colocado, se fue a la casa de la tía de Paul, para buscar al chico, quedándose en las escaleras del porche después de que le dijeran que no se encontraba. Lo esperaría todo el tiempo que fuera necesario, aunque esto no fue muy necesario, porque al poco tiempo llego con Mía y parqueo la motocicleta en frente suyo.

-¿John?, ¿Qué haces ahí sentado?. Le pregunto Mía, contrariada, apenas lo vio

-Hola Mía. Se limito a decir, con voz pastosa

-John, por lo veo has venido colocado. Dijo Paul, un poco molesto

-¿Colocado?. Pregunto la chica aun mas contrariada

-Sí, fumo hierba, ¿no es así John?

-Sí, ¿pero que interesa?, a nadie le interesa en realidad

-Ven, te llevare a tu casa

-No quiero estar en casa, ¿Por qué crees que te vine a buscar?

-¿Ocurrió algo malo?

-No sé y tampoco me interesa demasiado, sabes

-Creo que mejor me voy a casa caminando, nos vemos Paul. Dijo Mía, un poco preocupada por John

-No, yo te voy a dejar, John se quedara aquí esperándome

No tuvo más iniciativa que aceptar, al saber que Paul insistiría eternamente y más preocupada, llego a su casa, donde Paul con otro beso se despidió de ella. La chica, sentía que algo había ocurrido entre John y Cynthia y recordando que el matrimonio definitivamente, no era cosa fácil, volvió a sentir el mismo presentimiento y se sentó en una de las sillas que había en el corredor de afuera. De nuevo nerviosa por lo que en tan solo unas horas estaría ocurriendo en su vida……..