Máxima seguridad, protesta, otro idioma, más chicas gritonas. Eso era lo que les venía reparando a Los Beatles en Japón, donde casi no se podían ni mover y había mucho descontento entre los civiles por su actuación en el Budokan. Extrañaban Londres, porque realmente las cosas ya se estaban comenzando a complicar, pero debían seguir, era la obligación de cada uno no darse por vencido y encerrados en uno de los cuartos de hotel, se sentaron a fumar un cigarrillo después de hablar por teléfono. Ya era tarde, dentro de poco tendrían que estar ya en el escenario dando su actuación y eso los estaba poniendo nerviosos. Tanto que prefirieron contestar cartas o hablar en voz baja con quien estuviera a la par.
“Querido John”, decía en el comienzo de la carta
que acababa de abrir el chico. “He estado esperando este momento para decirte
que a pesar de habernos separados desde hace un tiempo, aun sigo recibiendo
noticias tuyas, algunas agradables, otras no tanto, es como si algo no quisiera
que te dejara ir del todo y ahora que me voy a casar otra vez, quiero cerrar
esa etapa de mi vida contigo, diciéndote que siempre en el fondo te voy amar y
recordar con mucho cariño, no porque eres el padre de mi hijo, si no porque también
uno de los amores de mi vida”. La carta seguía y seguía y John al darse cuenta
de que se trataba de Cynthia, la leyó dos veces, sorprendiéndose por la noticia
de que se casaría con Daniel, molestándose por
la historia de su ex novia en Liverpool y agradándole el hecho de que
por quizás por última vez ella se comunicaba por última vez. Sin embargo, el
momento de silencio y pensamiento, se vio interrumpido por la voz de Ringo que
por primera vez comentaba todo lo que lo estaba presionando y preocupando en
esos instantes.
-Es extraño, Victoria parecía no estar bien cuando
la llame y yo estoy aquí en este maldito país, encerrado porque afuera hay un
millón de policías que nos siguen hasta al baño
-Pronto volveremos, solo nos queda Filipinas y el
descanso en la India. Dijo George más tranquilo, esperando que él se consolara
con ello
-No sé qué le pasa, parece que está enferma, no se
escuchaba bien, ojala pudiera irme a Londres en estos momentos
-¿Y no te dijo que tiene?. Pregunto Paul extrañado
y también preocupado
-No, está muy rara
No obstante, la vida personal tuvo que ponerse de
lado otra vez, porque la hora de ir al Budokan había llegado y un auto los
esperaba afuera con Neil, Mal y Brian. En la calle se podían ver fans, pero no
eran tan intensas como las de América o Gran Bretaña, por lo que ellas no les
era problema.
-El lugar estará lleno, den lo mejor de ustedes y
así saldremos de aquí lo más rápido posible. Les dijo Neil, mientras veían por
la ventanilla
-Bien, hoy puede que nos maten, pero tranquilos,
si lo hacen, quedaremos como mártires y seremos famosos toda la eternidad.
Comento John con una sonrisa sínica que los hizo reír a todos
Se quedarían una hora en los vestidores y luego
saldrían. Ya los fans estaban en sus lugares esperándolos y conforme pasaba el
tiempo, los llamaban cada vez más fuerte. La emoción de los presentes provoco
que todo lo malo desapareciera unos minutos, los mismos en que ellos solo se
concentraron en las canciones y acordes correctos para terminar con éxito…
-¿Ya nos podremos ir?. Pregunto Ringo emocionado
como un niño cuando va de paseo
-Sí, temprano en la mañana partiremos a Filipinas.
Contesto Neil, también feliz de salir de Japón
-Solo espero que no sea igual o peor que aquí…
…………………………………………………………………………..
Al no estar John en casa, Regina aprovecho para de
nuevo comenzar con una de sus máximas aficiones: la brujería. Eso era un
secreto, ni siquiera John lo sabía y por eso ya tenía tiempo de no hacer nada
de ello.
Todas las cortinas de la casa se encontrabas cerradas,
el lugar solo estaba alumbrado por unas cuantas velas y vestida totalmente de
negro, la chica miro unos segundos una fotografía de Aleister Crowley que tenía
en frente, para comenzar con sus rituales. No eran demasiado complicados, o por
lo menos no para ella que los realizaba desde la adolescencia. También de
manera extraña, los presentimientos malos se volvían más fuertes cuando se
encontraba en esa situación. Esta vez en uno de ellos John estaba involucrado y
por eso no muy concentrada, puso las manos en su rostro, quitándolas al
escuchar un ruido en el pasillo próximo y parándose del suelo, al escuchar una
voz un tanto conocida….
-Regina, ¿estás aquí?
Se trataba de Sarah, la chica estaba segura que
era ella y nerviosa, apago todas las velas, saliendo de la estancia para
encontrarse con ella y sacarla de la casa. Si descubría lo que estaba hacían,
tendría problemas, aunque al final eso no le importaba demasiado.
-Sarah, ¿Cómo estás?, ¿Qué haces aquí?
-Estoy bien, solo vine a recoger una ropa de Julian
que le va a servir para algo. Contesto insegura, sospechando que algo raro
sucedía
-¿La dejo aquí?
-Sí, cuando se mudo
-Bien, espérame aquí, ¿sí?
Sospechando aun más al ver a Regina un poco
nerviosa, espero que la chica subiera las escaleras y desapareciera, para
averiguar que ocurría. No acostumbraba hacer ese tipo de cosas, pero la casa
estaba muy oscura y sentía que algo no muy bueno ocurría. Por momentos se
arrepentía de haber aceptado hacerle el favor a Cynthia de recoger el traje
formal de su hijo, sin embargo, unas luces pequeñas empezaron a hacerle
compañía pronto, al entrar a una estancia y ver un circulo hecho de velas
encendidas, con algunas cosas en su interior. Ahora la curiosidad le ganaba y
sintiéndose mal por ello, quiso salir de allí, acercándose al círculo den vez
de salir, donde descubrió algunos libros de brujería y líquidos extraños.
Regina que no tardo demasiado en bajar, la encontró allí, poniéndose a la
defensiva casi en el acto.
-¿Qué haces aquí?, te dije que te quedaras dónde estabas
-Lo siento, es solo que estaba muy oscuro y me
preguntaba porque
-No es de tu incumbencia
-¿Me prestas el teléfono antes?
-Bien, pero solo cinco minutos
Finalmente confirmaba sus sospechas. Las mismas
que empezó a tener cuando le escucho decir algunas cosas extrañas. Sin embargo,
no llamaría a su hermana para contarle lo que recién había descubierto de la
novia de John, si no que llamaría a George. En uno de los libros abiertos que
había visto, Regina había escrito los nombres de los chicos para trabajar en
sus malos presentimientos y descubrir que era lo que podía estar ocurriendo o
podía ocurrir. Eso mismo era lo que había visto Sarah y necesitaba saber si él
se encontraba bien, ya que ahora si se estaba comenzando a asustado. No
obstante, el teléfono de la suite de George, solo sonaba porque nadie
contestaba y después de tres intentos casi se rinde, ya que antes de colgar
escucho su voz preguntando quien era…
-George, soy Sarah
-Cariño, ¿Cómo estás?. Acabo de llegar del
concierto
-Que bien, pero escucha, ten cuidado, ¿sí?
-¿Por qué lo dices?
-Solo ten cuidado George, por favor
Regina que escuchaba la conversación no muy lejos,
espero que la llamada finalizara, para confrontar a Sarah. Pero no de la manera
en que se esperaba, si no de una totalmente diferente, que ninguna esperaba.
-No debiste llamarlo
-¿Por qué no?
-El estará bien, pero todo en general no creo
-¿Por qué lo dices Regina?
-Piénsalo, no te lo diré….Regresaran de Asia, pero
no como esperamos
……………………………………………………………………
A la mañana siguiente, Cynthia, Daniel y Julian,
llegaron a un registro civil de la ciudad, en compañía de Sarah, Mía y la niña.
Después de aceptar su preposición, Cynthia quiso casarse de inmediato, no para
simular su boda con John que fue similar, si no porque entre más pronto se
casara, más segura se iba a sentir con respecto a esa decisión, además de que
no tenía ganas de ceremonias y fiestas grandes, en las que al final solo amigos
de él irían.
Las chicas estaban muy feliz por ella y se sentían
todavía mas felices de haberle podido hacer compañía, por lo que mientras
esperaban a que el abogado las hiciera pasar, Mía empezó a coquetear
disimuladamente con quien sería el padrino, mientras Sarah y ella le arreglaban
el vestido a Cyn. Sin embargo, ninguna de las dos pudo evitar captar lo que
ocurría, riendo en el acto, por el descaro de la chica, que pronto se lo
hicieron ver…
-¿Si te gusta tanto porque no le vas a hablar?
-¿Hablar?, estoy casada Sarah. Respondió incomoda,
volviendo la cara de inmediato
-Recuerda que hoy es mi boda, no lo arruines. Dijo
Cynthia en forma de sarcasmo
-Sí, es verdad, pobre de ti
-¿Pobre?, ¿Por qué?
-Esto de casarse no es tan divertido como parece,
pero buena suerte, Daniel si es un buen hombre
En esos momentos, el abogado les aviso que ya
podían pasar adelante. Acomodándose cada uno en silencio después de hacerlo. La
madrina seria Mía así que por primera vez en su vida a Sarah le toco el papel
de fotógrafa., mientras reina por como
su hermana le seguía coqueteando al chico. Julian era el encargado de los
anillos e Isabelle llevaba una cesta llena de flores, idéntica a la que llevo
el día de la boda de sus padres.
De nuevo estaba allí, en esas mismas
circunstancias que años atrás, pero esta vez, Cynthia se sentía más feliz, con
más ilusiones y seguridad. Nunca se había imaginado ese momento, no con alguien
que llego a su vida de manera tan desprovista y que ahora la hacia la mujer más
feliz del mundo. Daniel de alguna manera se sentía igual que ella, pero se
notaba más tranquilo y lo demostró al decir sus votos sin trabarse. Al final la
ceremonia salía mejor que todas a las que habian asistido antes, a pesar de que
esta era en un cuarto cerrado sin adornos o arreglos florales caros y los
anillos eran sencillos, a petición de ella que no quería nada demasiado valioso
en su dedo.
-Te amo. Le dijo Daniel antes de besarla al final
unos segundos
Cuando salieron, Mía les recordó que tenía en su
casa un almuerzo en honor a ambos, donde todos estaban invitados. El jardín se
prestaba para la ocasión al igual que el día soleado de verano. A Sarah no se
le tardo de agradecer entre bromas, el haberlos presentado aquella vez en el
pub y en la casa, siguieron hablando del tema, hasta finalizada la comida,
donde hubo un brindis antes. Después se dispersaron un poco, al mismo tiempo en
que Daniel aprovecho para estar en privado con su ahora esposa, no muy lejos de
donde estaban todos…
-Te ves hermosa
-Gracias, tu también te ves muy guapo con ese
traje
-Te vi nerviosa hace rato. ¿Por qué lo estabas?
-No lo sé, ya sabes que soy extraña
-Bueno, no estás sola entonces
-¿No te arrepientes de esto?
-Jamás me voy a arrepentir Cyn , jamás
-Yo tampoco, te lo prometo
-Yo igual
Parecía el final de un cuento de hadas, pero la
verdad es que solamente era otra historia disfrazada de algo así. Porque aunque
finalmente Cynthia había podido conseguir al amor de su vida y ser feliz, los
recuerdos de su vida anterior nunca se irían, menos porque ahora la hacían
feliz y la hacían lo que era ahora. Con su hijo y nuevo esposo, pero siempre
con todo lo del pasado en su corazón….
…………………………………………………………………………
Ya en Filipinas, los chicos se alegraron por el
cálido recibimiento, teniendo un poco de mala impresión por la ciudad e
ignorando algunas cosas, incluyendo la invitación de la primera dama a un
evento suyo que daría lugar a la mañana siguiente. Sin embargo, de esto no
subieron los cuatro, si no que solamente Brian, por las reglas que tenían de no
asistir a nada de la política. Pensó que rechazar la invitación o simplemente ignorarla,
no traería problemas, pero al día siguiente cuando despertaron, las
consecuencias de lo anterior vinieron con fuerza poco a poco, asustándolos
también de la misma manera, al ver como los empleados del hotel los ignoraban.
Primero a Ringo y después al resto. Teniendo todos que reunirse en una
habitación para conversar sobre lo que pasaba.
-He llamado mil veces a que traigan mi desayuno
pero nadie llega
-Yo también, pero escuche que parece que no hay
nadie trabajando. Contesto George contrariado
-Seguro se les olvido, creo que deberíamos de ir
cambiándonos de ropa para acelerar las cosas. Propuso Neil ya que aun estaban
en pijama
Sin embargo, lo que sucedía no era que se les
estaba olvidando llevarles el desayuno, si no que algo mas grande y grave estaba detrás de eso y la respuesta se
encontraba en el periódico que acababa de traer Brian, no permitiéndoles salir
al ver que estaban a punto de hacerlo.
-Tenemos que irnos lo más pronto posible de aquí,
vean esto. Dijo bastante pálido, pasándole el periódico a John
En la portada decía que Los Beatles habian dejado
plantada a la primera dama y a un grupo de niños huérfanos. Parecía ser que
esto había enfurecido a los civiles y también a los del gobierno y por esa
razón los empleados del hotel los estaban ignorando. Asustados y ya no
extrañados por las cosas raras que pasaban, siguieron los consejos anteriores
de Neil y se pusieron lo primero que vieron en la maleta, alistando esta con
rapidez para salir del hotel lo más pronto posible. Si la gente estaba tan
molesta, era probable que los quisieran asesinar, así que no podían estar más
tiempo allí. No obstante, la salida del hotel tampoco fue fácil, porque una vez
estuvieron listos y salieron de sus habitaciones, se dieron cuenta que los
elevadores estaban apagados y solo podían salir bajando las escaleras. Con
tanta maleta, instrumentos y amplificadores, era complicado, pero la fuerza de
todos juntos, logro que lo lograran al final entre estrecheces y nervios. Brian
que iba delante de todos, se adelanto un poco mas para ver si el auto estaba
afuera esperándolos, pero este no estaba y en la recepción no había nadie. Comenzando
a pensar en algo ahora en el nuevo impedimento que los amenazaba con no salir
de ahí nunca más.
-¿Y los autos?. Pregunto George otra vez
contrariado, esperando una buena respuesta
-No están, por ningún lado
-¿Y ahora?
-No lo sé George, tengo que pensar en algo
-¿Por qué no llamamos a un taxi?
-¿Un taxi?, creo que no sería tan mala idea
Un taxi era la única opción, pero no podían llamarlo
porque las líneas de los teléfonos del hotel estaban muertas. Saliendo a la
calle, esperaron un rato a que uno o dos pasaran, teniendo la suerte de que 10
minutos después vieran a lo lejos venir uno, donde como pudieron se acomodaron
bastante incómodos, con las demas cosas en el maletero de atrás. El destino
seria el aeropuerto y el taxista ahora el único que no los ignoraba o
rechazaba. Las cosas no se veían bastante bien, en realidad estaban muy mal,
era la primera vez que se encontraban en una situación similar y en un país extraño.
Todos estaban de cierta manera asustados. Ya no eran bienvenidos ahí y lo
comprobaron en las cercanías del aeropuerto, donde ya muchas personas se podían
ver como si estuvieran en cacería de brujas, esperándolos para quemarlos vivos.
-Creo que hoy es el último día de nuestras vidas.
Comento Ringo con las manos y piernas temblorosas
-¿Tienes miedo?
-Todos tenemos miedo John, hasta tu
-No se separen, ¿sí?
-No puedo creer que una estupidez como esa,
ocasione algo como esto. Dijo Paul más para sí mismo que para los demas
En el interior, los oficiales prácticamente los
empujaban y de nuevo afuera, mas personas los esperaban, esta vez con piedras y
patadas, como si de verdad fueran unos criminales. Porque eran tantas, que ni
siquiera pudieron estar juntos demasiado tiempo, cometiendo el error de separarse
y darles la oportunidad a alguien de que les hicieran daño. Ringo fue el
primero, al sentir como alguien lo golpeaba en el ojo, pero fue el único,
porque Paul y John se lograron esconder detrás de unas monjas y el resto,
entrar corriendo al avión sin ser demasiado vistos. Todo era un desastre y ni
siquiera en el avión se sintieron seguros, ya que no los dejaban ir hasta que
Brian devolviera el dinero de los conciertos y eso implicaba salir otra vez.
-Esto es una locura. Dijo Paul lejos de las
ventanillas y bastante cansado
-¿Te duele?. Le pregunto George a Ringo, con
respecto al golpe
-Un poco, no es para tanto
-Veré si alguien tiene hiele. Dijo John un poco molesto,
alejándose
-Creo que después de tantas flores y besos, en
alguna parte nos tendrían que despedir con golpes y patadas. Musito Paul,
riendo un poco por ello
Una hora después, Brian volvió luego de algunas
negociaciones y el avión pudo despejar, con rumbo a la India, donde ahora el único
entusiasmado por llegar ahí era George, porque los ánimos de todos en general iban
por el suelo y solo querían estar en casa, con sus familias, descansando de
toda esa manía que ya se estaba saliendo de control…
…………………………………………………………………………..
Con una sonrisa de oreja a oreja, Mía despidió a
su última aventura en la puerta, ignorando que aun era de día y su hermana
estaba en casa todavía. En medio de la celebración, se había acostado con el
padrino de la boda, de nombre Ryan y no se arrepentía para nada, porque nadie
se había dado cuenta, o eso creía hasta que llego a la cocina y se encontró con
Sarah y su gesto reprobatorio usual. Ampliando más la sonrisa para fastidiarla
y no hablándole al respecto, hasta que ella lo hiciera…
-Pensé que amabas a Paul
-Lo amo, solo fue un acoston
-Mía, no está bien que te acuestes con un hombre
en tu cama matrimonial
-No me importa Sarah, Paul lo ha hecho también
-Y por eso su relación está enferma
-Quizás…
El hecho de que la chica no supiera lo que tenía
con Thomas, ahora la tranquilizaba, porque no quería seguir escuchando regaños.
Aunque estos pronto se fueron, porque Sarah tenida algo mas importante e
interesante de que hablar y como si fuera una vieja chismosa, se le acerco dispuesta
a contarle en voz baja lo que había descubierto de Regina.
-Es bruja Mía, esa chica es bruja
-¿Cómo que bruja?
-Sí, tenía libros de brujería y cosas extrañas en
medio de un círculo de velas, las cortinas de la casa estaban todas cerradas y
ella parecía estar nerviosa cuando la llegue a buscar
-¿Estás segura Sarah?
-Sí, jamás inventaría algo así. Aunque no me
extraña, esa chica siempre ha sido muy rara
-¿John sabrá?
-No lo creo, parece que era un secreto, pero no
cuentes nada Mía, si no me maldice o algo
-No te preocupes, de todos modos es su vida, ella
puede hacer lo que quiera
Eso era siempre lo que quería decir con respecto a
su vida y por eso mismo, no le importo cuando llego Thomas a buscarla, para ir
al cine, encargándole a Isabelle que ahora veía la televisión en silencio. Para
Sarah, esas cosas que hacia Mía no estaban bien, porque la podían descubrir y
acusar de adulterio, pero a Mía le seguía sin importar y hacia que no escuchaba
nada mientras su hermana le advertía cosas como si fuera su madre…
-¿Recuerdas lo que te dije de Regina?
-Si
-Lo digo otra vez, pero con respecto a mí. Déjame
Sarah, Paul hace lo mismo, así que se aguante
-¿Y si ya no?
-¿Tú crees eso de que no me seria mas infiel?,
esos son inventos de el
-¿Te ha llamado?
-Hace dos días, no sé cómo esta ahorita y no me
importa, lo quiero pero ya me está cansando Sarah y saldré con Thomas toda la
noche, así que acéptalo
El chico que estaba afuera esperándola, en su
auto, unos metros alejado de la casa, la espero con calma. Mientras se distraía
un poco con las personas que pasaban por la acera y Mía finalmente salía, parando
en seco de un momento a otro al ver una sombra pasar a su lado. Ese extremo de
la calle estaba solitario, la noche ya había llegado y solo un farol alumbraba,
el mismo que provoco que ella pudiera ver la sombra contra uno de los muros y
se asustara de inmediato, corriendo hacia el auto, a la vez que miles de
pensamientos pasaban en su cabeza. Solamente había sido una sombra y no parecía
haber sido de un animal, pareció la de un hombre, pero seguro también fue una ilusión
óptica o algo producto de su imaginación. No pensando en ello el resto de la
velada, pero al mismo tiempo si…
……………………………………………………………………….
Con el sobre en sus manos, que confirmaba sus
sospechas, Victoria salió de la clínica, después de hacerse un examen de sangre
y ahora tener el resultado. Este había salido más pronto de lo normal, pero
mejor así, por que de una vez por todas le daba fin a las probabilidades y lo
verdadero o falso salía a la luz. Abriéndolo con rapidez, leyó el papel, que podía
mantener una buena pero quizás también una mala noticia, porque si estaba
embarazada. Estaba embarazada de Ringo y asustada por su inexperiencia y por lo
que él podría decir, agarro su Vespa y salió de ahí igual de rápido. Dejando
salir en el camino unas cuantas lagrimas, con el papel arrugado debajo de una
de sus manos, arrugándose con el viento y con su culpabilidad por ser tan imprudente,
pero a la vez por hacer cumplir un milagro, aunque esto último no lo sabía ni
lo quería saber…
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Me costo publicarlo por problemas de Blogger, pero despues de dias estoy de vuelta. Espero que el capitulo les haya agradado, ya en este le doy un fin oficial a la relacion de Cynthia y Daniel. Si, ya no volveran a salir. Porque como saben, ya la novela esta en su etapa final y estoy comenzando a cerrar ciclos e historias. Tambien como vieron se vienen cosas nuevas algo pequeñas pero significativas, asi que este capitulo no fue de relleno como otros. Les prometo publicar pronto y ahora si me voy a ver pelis de terror malas, que para eso esta el Halloween Yankee de todos los octubres del año...