martes, 29 de octubre de 2013

Capitulo 83


Máxima seguridad, protesta, otro idioma, más chicas gritonas. Eso era lo que les venía reparando a Los Beatles en Japón, donde casi no se podían ni mover y había mucho descontento entre los civiles por su actuación en el Budokan. Extrañaban Londres, porque realmente las cosas ya se estaban comenzando a complicar, pero debían seguir, era la obligación de cada uno no darse por vencido y encerrados en uno de los cuartos de hotel, se sentaron a fumar un cigarrillo después de hablar por teléfono. Ya era tarde, dentro de poco tendrían que estar ya en el escenario dando su actuación y eso los estaba poniendo nerviosos. Tanto que prefirieron contestar cartas o hablar en voz baja con quien estuviera a la par.

“Querido John”, decía en el comienzo de la carta que acababa de abrir el chico. “He estado esperando este momento para decirte que a pesar de habernos separados desde hace un tiempo, aun sigo recibiendo noticias tuyas, algunas agradables, otras no tanto, es como si algo no quisiera que te dejara ir del todo y ahora que me voy a casar otra vez, quiero cerrar esa etapa de mi vida contigo, diciéndote que siempre en el fondo te voy amar y recordar con mucho cariño, no porque eres el padre de mi hijo, si no porque también uno de los amores de mi vida”. La carta seguía y seguía y John al darse cuenta de que se trataba de Cynthia, la leyó dos veces, sorprendiéndose por la noticia de que se casaría con Daniel, molestándose por  la historia de su ex novia en Liverpool y agradándole el hecho de que por quizás por última vez ella se comunicaba por última vez. Sin embargo, el momento de silencio y pensamiento, se vio interrumpido por la voz de Ringo que por primera vez comentaba todo lo que lo estaba presionando y preocupando en esos instantes.

-Es extraño, Victoria parecía no estar bien cuando la llame y yo estoy aquí en este maldito país, encerrado porque afuera hay un millón de policías que nos siguen hasta al baño
-Pronto volveremos, solo nos queda Filipinas y el descanso en la India. Dijo George más tranquilo, esperando que él se consolara con ello
-No sé qué le pasa, parece que está enferma, no se escuchaba bien, ojala pudiera irme a Londres en estos momentos
-¿Y no te dijo que tiene?. Pregunto Paul extrañado y también preocupado
-No, está muy rara

No obstante, la vida personal tuvo que ponerse de lado otra vez, porque la hora de ir al Budokan había llegado y un auto los esperaba afuera con Neil, Mal y Brian. En la calle se podían ver fans, pero no eran tan intensas como las de América o Gran Bretaña, por lo que ellas no les era problema. 

-El lugar estará lleno, den lo mejor de ustedes y así saldremos de aquí lo más rápido posible. Les dijo Neil, mientras veían por la ventanilla
-Bien, hoy puede que nos maten, pero tranquilos, si lo hacen, quedaremos como mártires y seremos famosos toda la eternidad. Comento John con una sonrisa sínica que los hizo reír a todos

Se quedarían una hora en los vestidores y luego saldrían. Ya los fans estaban en sus lugares esperándolos y conforme pasaba el tiempo, los llamaban cada vez más fuerte. La emoción de los presentes provoco que todo lo malo desapareciera unos minutos, los mismos en que ellos solo se concentraron en las canciones y acordes correctos para terminar con éxito…
-¿Ya nos podremos ir?. Pregunto Ringo emocionado como un niño cuando va de paseo
-Sí, temprano en la mañana partiremos a Filipinas. Contesto Neil, también feliz de salir de Japón
-Solo espero que no sea igual o peor que aquí…

…………………………………………………………………………..

Al no estar John en casa, Regina aprovecho para de nuevo comenzar con una de sus máximas aficiones: la brujería. Eso era un secreto, ni siquiera John lo sabía y por eso ya tenía tiempo de no hacer nada de ello.

Todas las cortinas de la casa se encontrabas cerradas, el lugar solo estaba alumbrado por unas cuantas velas y vestida totalmente de negro, la chica miro unos segundos una fotografía de Aleister Crowley que tenía en frente, para comenzar con sus rituales. No eran demasiado complicados, o por lo menos no para ella que los realizaba desde la adolescencia. También de manera extraña, los presentimientos malos se volvían más fuertes cuando se encontraba en esa situación. Esta vez en uno de ellos John estaba involucrado y por eso no muy concentrada, puso las manos en su rostro, quitándolas al escuchar un ruido en el pasillo próximo y parándose del suelo, al escuchar una voz un tanto conocida….

-Regina, ¿estás aquí?

Se trataba de Sarah, la chica estaba segura que era ella y nerviosa, apago todas las velas, saliendo de la estancia para encontrarse con ella y sacarla de la casa. Si descubría lo que estaba hacían, tendría problemas, aunque al final eso no le importaba demasiado.
-Sarah, ¿Cómo estás?, ¿Qué haces aquí?
-Estoy bien, solo vine a recoger una ropa de Julian que le va a servir para algo. Contesto insegura, sospechando que algo raro sucedía
-¿La dejo aquí?
-Sí, cuando se mudo
-Bien, espérame aquí, ¿sí?

Sospechando aun más al ver a Regina un poco nerviosa, espero que la chica subiera las escaleras y desapareciera, para averiguar que ocurría. No acostumbraba hacer ese tipo de cosas, pero la casa estaba muy oscura y sentía que algo no muy bueno ocurría. Por momentos se arrepentía de haber aceptado hacerle el favor a Cynthia de recoger el traje formal de su hijo, sin embargo, unas luces pequeñas empezaron a hacerle compañía pronto, al entrar a una estancia y ver un circulo hecho de velas encendidas, con algunas cosas en su interior. Ahora la curiosidad le ganaba y sintiéndose mal por ello, quiso salir de allí, acercándose al círculo den vez de salir, donde descubrió algunos libros de brujería y líquidos extraños. Regina que no tardo demasiado en bajar, la encontró allí, poniéndose a la defensiva casi en el acto.

-¿Qué haces aquí?, te dije que te quedaras dónde estabas
-Lo siento, es solo que estaba muy oscuro y me preguntaba porque
-No es de tu incumbencia
-¿Me prestas el teléfono antes?
-Bien, pero solo cinco minutos

Finalmente confirmaba sus sospechas. Las mismas que empezó a tener cuando le escucho decir algunas cosas extrañas. Sin embargo, no llamaría a su hermana para contarle lo que recién había descubierto de la novia de John, si no que llamaría a George. En uno de los libros abiertos que había visto, Regina había escrito los nombres de los chicos para trabajar en sus malos presentimientos y descubrir que era lo que podía estar ocurriendo o podía ocurrir. Eso mismo era lo que había visto Sarah y necesitaba saber si él se encontraba bien, ya que ahora si se estaba comenzando a asustado. No obstante, el teléfono de la suite de George, solo sonaba porque nadie contestaba y después de tres intentos casi se rinde, ya que antes de colgar escucho su voz preguntando quien era…

-George, soy Sarah
-Cariño, ¿Cómo estás?. Acabo de llegar del concierto
-Que bien, pero escucha, ten cuidado, ¿sí?
-¿Por qué lo dices?
-Solo ten cuidado George, por favor

Regina que escuchaba la conversación no muy lejos, espero que la llamada finalizara, para confrontar a Sarah. Pero no de la manera en que se esperaba, si no de una totalmente diferente, que ninguna esperaba.

-No debiste llamarlo
-¿Por qué no?
-El estará bien, pero todo en general no creo
-¿Por qué lo dices Regina?
-Piénsalo, no te lo diré….Regresaran de Asia, pero no como esperamos

……………………………………………………………………

A la mañana siguiente, Cynthia, Daniel y Julian, llegaron a un registro civil de la ciudad, en compañía de Sarah, Mía y la niña. Después de aceptar su preposición, Cynthia quiso casarse de inmediato, no para simular su boda con John que fue similar, si no porque entre más pronto se casara, más segura se iba a sentir con respecto a esa decisión, además de que no tenía ganas de ceremonias y fiestas grandes, en las que al final solo amigos de él irían.

Las chicas estaban muy feliz por ella y se sentían todavía mas felices de haberle podido hacer compañía, por lo que mientras esperaban a que el abogado las hiciera pasar, Mía empezó a coquetear disimuladamente con quien sería el padrino, mientras Sarah y ella le arreglaban el vestido a Cyn. Sin embargo, ninguna de las dos pudo evitar captar lo que ocurría, riendo en el acto, por el descaro de la chica, que pronto se lo hicieron ver…

-¿Si te gusta tanto porque no le vas a hablar?
-¿Hablar?, estoy casada Sarah. Respondió incomoda, volviendo la cara de inmediato
-Recuerda que hoy es mi boda, no lo arruines. Dijo Cynthia en forma de sarcasmo
-Sí, es verdad, pobre de ti
-¿Pobre?, ¿Por qué?
-Esto de casarse no es tan divertido como parece, pero buena suerte, Daniel si es un buen hombre

En esos momentos, el abogado les aviso que ya podían pasar adelante. Acomodándose cada uno en silencio después de hacerlo. La madrina seria Mía así que por primera vez en su vida a Sarah le toco el papel de fotógrafa., mientras reina  por como su hermana le seguía coqueteando al chico. Julian era el encargado de los anillos e Isabelle llevaba una cesta llena de flores, idéntica a la que llevo el día de la boda de sus padres.

De nuevo estaba allí, en esas mismas circunstancias que años atrás, pero esta vez, Cynthia se sentía más feliz, con más ilusiones y seguridad. Nunca se había imaginado ese momento, no con alguien que llego a su vida de manera tan desprovista y que ahora la hacia la mujer más feliz del mundo. Daniel de alguna manera se sentía igual que ella, pero se notaba más tranquilo y lo demostró al decir sus votos sin trabarse. Al final la ceremonia salía mejor que todas a las que habian asistido antes, a pesar de que esta era en un cuarto cerrado sin adornos o arreglos florales caros y los anillos eran sencillos, a petición de ella que no quería nada demasiado valioso en su dedo.

-Te amo. Le dijo Daniel antes de besarla al final unos segundos

Cuando salieron, Mía les recordó que tenía en su casa un almuerzo en honor a ambos, donde todos estaban invitados. El jardín se prestaba para la ocasión al igual que el día soleado de verano. A Sarah no se le tardo de agradecer entre bromas, el haberlos presentado aquella vez en el pub y en la casa, siguieron hablando del tema, hasta finalizada la comida, donde hubo un brindis antes. Después se dispersaron un poco, al mismo tiempo en que Daniel aprovecho para estar en privado con su ahora esposa, no muy lejos de donde estaban todos…

-Te ves hermosa
-Gracias, tu también te ves muy guapo con ese traje
-Te vi nerviosa hace rato. ¿Por qué lo estabas?
-No lo sé, ya sabes que soy extraña
-Bueno, no estás sola entonces
-¿No te arrepientes de esto?
-Jamás me voy a arrepentir Cyn , jamás
-Yo tampoco, te lo prometo
-Yo igual

Parecía el final de un cuento de hadas, pero la verdad es que solamente era otra historia disfrazada de algo así. Porque aunque finalmente Cynthia había podido conseguir al amor de su vida y ser feliz, los recuerdos de su vida anterior nunca se irían, menos porque ahora la hacían feliz y la hacían lo que era ahora. Con su hijo y nuevo esposo, pero siempre con todo lo del pasado en su corazón….

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Ya en Filipinas, los chicos se alegraron por el cálido recibimiento, teniendo un poco de mala impresión por la ciudad e ignorando algunas cosas, incluyendo la invitación de la primera dama a un evento suyo que daría lugar a la mañana siguiente. Sin embargo, de esto no subieron los cuatro, si no que solamente Brian, por las reglas que tenían de no asistir a nada de la política. Pensó que rechazar la invitación o simplemente ignorarla, no traería problemas, pero al día siguiente cuando despertaron, las consecuencias de lo anterior vinieron con fuerza poco a poco, asustándolos también de la misma manera, al ver como los empleados del hotel los ignoraban. Primero a Ringo y después al resto. Teniendo todos que reunirse en una habitación para conversar sobre lo que pasaba.
-He llamado mil veces a que traigan mi desayuno pero nadie llega
-Yo también, pero escuche que parece que no hay nadie trabajando. Contesto George contrariado
-Seguro se les olvido, creo que deberíamos de ir cambiándonos de ropa para acelerar las cosas. Propuso Neil ya que aun estaban en pijama

Sin embargo, lo que sucedía no era que se les estaba olvidando llevarles el desayuno, si no que algo mas grande y grave  estaba detrás de eso y la respuesta se encontraba en el periódico que acababa de traer Brian, no permitiéndoles salir al ver que estaban a punto de hacerlo.

-Tenemos que irnos lo más pronto posible de aquí, vean esto. Dijo bastante pálido, pasándole el periódico a John

En la portada decía que Los Beatles habian dejado plantada a la primera dama y a un grupo de niños huérfanos. Parecía ser que esto había enfurecido a los civiles y también a los del gobierno y por esa razón los empleados del hotel los estaban ignorando. Asustados y ya no extrañados por las cosas raras que pasaban, siguieron los consejos anteriores de Neil y se pusieron lo primero que vieron en la maleta, alistando esta con rapidez para salir del hotel lo más pronto posible. Si la gente estaba tan molesta, era probable que los quisieran asesinar, así que no podían estar más tiempo allí. No obstante, la salida del hotel tampoco fue fácil, porque una vez estuvieron listos y salieron de sus habitaciones, se dieron cuenta que los elevadores estaban apagados y solo podían salir bajando las escaleras. Con tanta maleta, instrumentos y amplificadores, era complicado, pero la fuerza de todos juntos, logro que lo lograran al final entre estrecheces y nervios. Brian que iba delante de todos, se adelanto un poco mas para ver si el auto estaba afuera esperándolos, pero este no estaba y en la recepción no había nadie. Comenzando a pensar en algo ahora en el nuevo impedimento que los amenazaba con no salir de ahí nunca más.
-¿Y los autos?. Pregunto George otra vez contrariado, esperando una buena respuesta
-No están, por ningún lado
-¿Y ahora?
-No lo sé George, tengo que pensar en algo
-¿Por qué no llamamos a un taxi?
-¿Un taxi?, creo que no sería tan mala idea

Un taxi era la única opción, pero no podían llamarlo porque las líneas de los teléfonos del hotel estaban muertas. Saliendo a la calle, esperaron un rato a que uno o dos pasaran, teniendo la suerte de que 10 minutos después vieran a lo lejos venir uno, donde como pudieron se acomodaron bastante incómodos, con las demas cosas en el maletero de atrás. El destino seria el aeropuerto y el taxista ahora el único que no los ignoraba o rechazaba. Las cosas no se veían bastante bien, en realidad estaban muy mal, era la primera vez que se encontraban en una situación similar y en un país extraño. Todos estaban de cierta manera asustados. Ya no eran bienvenidos ahí y lo comprobaron en las cercanías del aeropuerto, donde ya muchas personas se podían ver como si estuvieran en cacería de brujas, esperándolos para quemarlos vivos.  

-Creo que hoy es el último día de nuestras vidas. Comento Ringo con las manos y piernas temblorosas
-¿Tienes miedo?
-Todos tenemos miedo John, hasta tu
-No se separen, ¿sí?
-No puedo creer que una estupidez como esa, ocasione algo como esto. Dijo Paul más para sí mismo que para los demas
En el interior, los oficiales prácticamente los empujaban y de nuevo afuera, mas personas los esperaban, esta vez con piedras y patadas, como si de verdad fueran unos criminales. Porque eran tantas, que ni siquiera pudieron estar juntos demasiado tiempo, cometiendo el error de separarse y darles la oportunidad a alguien de que les hicieran daño. Ringo fue el primero, al sentir como alguien lo golpeaba en el ojo, pero fue el único, porque Paul y John se lograron esconder detrás de unas monjas y el resto, entrar corriendo al avión sin ser demasiado vistos. Todo era un desastre y ni siquiera en el avión se sintieron seguros, ya que no los dejaban ir hasta que Brian devolviera el dinero de los conciertos y eso implicaba salir otra vez.

-Esto es una locura. Dijo Paul lejos de las ventanillas y bastante cansado
-¿Te duele?. Le pregunto George a Ringo, con respecto al golpe
-Un poco, no es para tanto
-Veré si alguien tiene hiele. Dijo John un poco molesto, alejándose
-Creo que después de tantas flores y besos, en alguna parte nos tendrían que despedir con golpes y patadas. Musito Paul, riendo un poco por ello

Una hora después, Brian volvió luego de algunas negociaciones y el avión pudo despejar, con rumbo a la India, donde ahora el único entusiasmado por llegar ahí era George, porque los ánimos de todos en general iban por el suelo y solo querían estar en casa, con sus familias, descansando de toda esa manía que ya se estaba saliendo de control…

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Con una sonrisa de oreja a oreja, Mía despidió a su última aventura en la puerta, ignorando que aun era de día y su hermana estaba en casa todavía. En medio de la celebración, se había acostado con el padrino de la boda, de nombre Ryan y no se arrepentía para nada, porque nadie se había dado cuenta, o eso creía hasta que llego a la cocina y se encontró con Sarah y su gesto reprobatorio usual. Ampliando más la sonrisa para fastidiarla y no hablándole al respecto, hasta que ella lo hiciera…

-Pensé que amabas a Paul
-Lo amo, solo fue un acoston
-Mía, no está bien que te acuestes con un hombre en tu cama matrimonial
-No me importa Sarah, Paul lo ha hecho también
-Y por eso su relación está enferma
-Quizás…

El hecho de que la chica no supiera lo que tenía con Thomas, ahora la tranquilizaba, porque no quería seguir escuchando regaños. Aunque estos pronto se fueron, porque Sarah tenida algo mas importante e interesante de que hablar y como si fuera una vieja chismosa, se le acerco dispuesta a contarle en voz baja lo que había descubierto de Regina.

-Es bruja Mía, esa chica es bruja
-¿Cómo que bruja?
-Sí, tenía libros de brujería y cosas extrañas en medio de un círculo de velas, las cortinas de la casa estaban todas cerradas y ella parecía estar nerviosa cuando la llegue a buscar
-¿Estás segura Sarah?
-Sí, jamás inventaría algo así. Aunque no me extraña, esa chica siempre ha sido muy rara
-¿John sabrá?
-No lo creo, parece que era un secreto, pero no cuentes nada Mía, si no me maldice o algo
-No te preocupes, de todos modos es su vida, ella puede hacer lo que quiera

Eso era siempre lo que quería decir con respecto a su vida y por eso mismo, no le importo cuando llego Thomas a buscarla, para ir al cine, encargándole a Isabelle que ahora veía la televisión en silencio. Para Sarah, esas cosas que hacia Mía no estaban bien, porque la podían descubrir y acusar de adulterio, pero a Mía le seguía sin importar y hacia que no escuchaba nada mientras su hermana le advertía cosas como si fuera su madre…

-¿Recuerdas lo que te dije de Regina?
-Si
-Lo digo otra vez, pero con respecto a mí. Déjame Sarah, Paul hace lo mismo, así que se aguante
-¿Y si ya no?
-¿Tú crees eso de que no me seria mas infiel?, esos son inventos de el
-¿Te ha llamado?
-Hace dos días, no sé cómo esta ahorita y no me importa, lo quiero pero ya me está cansando Sarah y saldré con Thomas toda la noche, así que acéptalo

El chico que estaba afuera esperándola, en su auto, unos metros alejado de la casa, la espero con calma. Mientras se distraía un poco con las personas que pasaban por la acera y Mía finalmente salía, parando en seco de un momento a otro al ver una sombra pasar a su lado. Ese extremo de la calle estaba solitario, la noche ya había llegado y solo un farol alumbraba, el mismo que provoco que ella pudiera ver la sombra contra uno de los muros y se asustara de inmediato, corriendo hacia el auto, a la vez que miles de pensamientos pasaban en su cabeza. Solamente había sido una sombra y no parecía haber sido de un animal, pareció la de un hombre, pero seguro también fue una ilusión óptica o algo producto de su imaginación. No pensando en ello el resto de la velada, pero al mismo tiempo si…

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Con el sobre en sus manos, que confirmaba sus sospechas, Victoria salió de la clínica, después de hacerse un examen de sangre y ahora tener el resultado. Este había salido más pronto de lo normal, pero mejor así, por que de una vez por todas le daba fin a las probabilidades y lo verdadero o falso salía a la luz. Abriéndolo con rapidez, leyó el papel, que podía mantener una buena pero quizás también una mala noticia, porque si estaba embarazada. Estaba embarazada de Ringo y asustada por su inexperiencia y por lo que él podría decir, agarro su Vespa y salió de ahí igual de rápido. Dejando salir en el camino unas cuantas lagrimas, con el papel arrugado debajo de una de sus manos, arrugándose con el viento y con su culpabilidad por ser tan imprudente, pero a la vez por hacer cumplir un milagro, aunque esto último no lo sabía ni lo quería saber…

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Me costo publicarlo por problemas de Blogger, pero despues de dias estoy de vuelta. Espero que el capitulo les haya agradado, ya en este le doy un fin oficial a la relacion de Cynthia y Daniel. Si, ya no volveran a salir. Porque como saben, ya la novela esta en su etapa final y estoy comenzando a cerrar ciclos e historias. Tambien como vieron se vienen cosas nuevas algo pequeñas pero significativas, asi que este capitulo no fue de relleno como otros. Les prometo publicar pronto y ahora si me voy a ver pelis de terror malas, que para eso esta el Halloween Yankee de todos los octubres del año...

miércoles, 23 de octubre de 2013

Capitulo 82

Munich, Essen…..Hamburgo. De nuevo en Alemania, de nuevo en Hamburgo. No como cuatro chicos buscando tocar en cualquier lugar y a cualquier hora, si no como los cuatros chicos más deseados y famosos de la tierra. Así regresaron y así saldrían otra vez. Mientras las luces de la ciudad seguían igual que siempre, al igual que los recuerdos, malos y buenos.

Tocarían solamente una noche allí, pero esa noche la quisieron aprovechar al máximo. Empezando con alguna salida o fiesta después del concierto, para dar comienzo oficialmente a la gira. Sin embargo, la celebración no se daría en cualquier lugar. Saint Pauli lo seria y todos estaban relativamente emocionados de volver a los mismos pubs donde empezaron de verdad y donde tantas cosas vivieron. Se encontrarían con algunos amigos, volverían a tomar la misma cerveza y a dormirse tarde. Todo igual que en los viejos tiempos, para luego regresar….a la realidad, no, a la realidad no, pero si al presente. No obstante, por más emoción y nostalgia, todos se encontraban un poco pensativos y dispersos. Quizás después de entrar al Kaiserkeller eso pasara, pero por el momento, en el auto, todos estaban callados o haciendo cualquier cosa. Paul leyendo un papel que nadie sabía de que se trataba, George comiéndose las uñas, John mirando por la ventana y Ringo solamente con los ojos cerrados. Pero al final, el silencio se volvió incomodo y John al notarlo, no dudo en desaparecerlo, con alguno de sus comentarios….

-¿Qué lees Paulie?, ¿una carta de amor?
-No John, no es una carta, es otra cosa. Contesto sin quitarle los ojos de encima al documento
-¿Entonces de que se trata?
-Cosas mías
-¿Cosas tuyas?, por favor. ¿Desde cuándo nos tenemos secretos?
Un poco fastidiado con la insistencia de John, lanzo un bufido y se resigno, pero solamente a contarle a medias, ya que era algo que tenia y que no quería que nadie supiera que era todavía….
-Es una sorpresa para Mía
-¿No era que no la amabas?

Incomodo, guardo el papel en su bolsillo, sintiéndose mejor al ver como de un momento a otro el auto entraba a la zona roja de la ciudad y paraba en frente del Kairserkeller. Todo realmente seguía igual, incluso las prostitutas seguían siendo las mismas y se vestían igual que siempre. El primero en entrar fue John, seguido por Neil Aspinall y los demás. El lugar lo habían reservado solamente para ellos y sus amigos, que ya estaban esperándolos en una mesa grande. George rio cuando miro a su alrededor y Ringo no tardo en hacer lo mismo, antes de volverse a saludar como el resto. Incluyendo John que de inmediato se volteo a saludar a alguien que lo reconoció en el acto.

-John
-¿Astrid?, ¿Cómo estás?
-Muy bien….ya sabes, como siempre
-Escuche que te  vas a casar
-Si así es, pero antes de eso tengo que hablar contigo
-¿En privado?
-Por favor

Mientras todos conversaban y unas chicas desconocidas entraban. Astrid llevo a la parte trasera del local a John que para no sentirse tenso y nervioso, se encendió un cigarrillo y le ofreció uno. Sintiéndose entonces ansioso.
-Me alegro que estés de vuelta. Dijo ella con una media sonrisa y frotándose las manos por el frio
-Bueno ya sabes, Brian nos consiguió la oportunidad de tocar aquí así que por eso regrese
-Tengo algo que darte, yo se que a ti no te gusta recordar cosas dolorosas pero necesito dártelo John
-Bien….¿de qué se trata?

Nerviosa por la que fuera la reacción de John, saco de uno de los bolsillos de su abrigo, un puñado de cartas. No eran muchas pero si suficientes para permanecer una noche en vela leyéndolas y aunque el ya sabía de que se trataba, se estremeció un poco al verlas. Pensando en si recibirlas o no…

-Las escribió Stuart semanas antes de morir, son para ti
-Pensé que tu tiempo de repartir las cartas de Stu había terminado
-Y termino, estas solo las encontré hace poco en un cajón y creo que deberías de tenerlas tú
-Ya veo….

Aun pensando en si recibirlas, volvió a ver hacia el interior del pub, donde desde allí se podía observar a Paul tratando de evitar a las chicas, George hablando con un amigo suyo y Ringo bailando. Solamente él se encontraba en esas circunstancias y solamente él podía acabarlas…

-Bueno, dame eso, si son mías entonces creo que es hora de que lleguen a mis manos

Ahora necesitaba un abrazo y fue Astrid la que se lo dio fuertemente. Al mismo tiempo en que sus ojos comenzaron a humedecerse pero por fin podía dar por terminado todo ya…
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Emocionada por la visita de Cynthia. Mía llamo a su hermana para que también llegara y la ayudara a hacer unas galletas con ayuda de Rose e Isabelle. No se veían desde hacía meses, así que para ella era una reunión importante, por lo que hasta se puso su mejor vestido y fue al estilista.

Puntualmente el timbre sonó, sobresaltando a todas que se miraron unas a otras antes de Mía decidir qué mejor iba ella a abrir. Era Cyn con Julian, que con una gran sonrisa abrazo a la chica apenas la vio. Quedándose ambas un gran rato así…

-Te extrañe. Musito Mía mientras se separaban finalmente
-Yo igual, no veía la hora de venir a visitarte
-Pasa, adentro esta Sarah e Isa

Mientras amabas hablaban del porque Daniel no había ido y pasaban a la casa, Isabelle corrió hacia Julian para saludarlo y llevarlo al jardín donde estaban los perros. Sarah fue la siguiente que igualmente abrazo a Cynthia y le ofreció té. Preguntándole ella de nuevo por Daniel.

-Se quedo en el hotel, contestando unos telegramas
-¿Ya te pidió matrimonio?. Pregunto Mía inconscientemente, poniéndola incomoda al instante
-Pues….

Contar sobre las dos proposiciones, le parecía vergonzoso, porque conociéndolas, se irían a burlar de ella o a decirle “tonta”. Sin embargo, ambas también la conocían tanto, que por su semblante serio, adivinaron lo que ocurría.

-Me lo ha pedido, si, pero no estoy muy segura
-¿Cómo?, ¿Por qué?. Pregunto Sarah con desesperación
-Porque me acabo de divorciar y….
-Cyn, te divorciaste hace un montón. Replico Mía con semblante serio, interrumpiéndola
-Sí, pero…
-Tienes que casarte con el Cyn, es un buen partido y te quiere. Dijo Sarah seriamente, agarrándole la mano

Cynthia tomaba en cuenta la opinión de las dos y les daba la razón por completo. Pero el tema siempre la incomodo y luego de un corto silencio, prefirió cambiar de tema, con ellas siguiéndole la corriente.

-La casa es muy grande y la ciudad es muy hermosa, muy diferente a Londres
-Tenemos que ir a visitarte entonces
-A Julian le gusta mucho. Dijo entre un susurro, observando a su hijo que estaba afuera persiguiendo a Martha con Isabelle
-Eso es lo importante, ¿no?
-Sí, supongo….aunque extraña a John
-Después de la gira lo ira a ver
-Cierto….la gira. Entonces ahora tengo que pensar en algo para poder hablar con el
-¿De qué cosa?, ¿Qué paso?
-Simplemente tengo que hablar con el….por última vez
-Envíale un telegrama, o una postal
-Es una buena idea, lo hare apenas regrese al hotel

Sin lugar a dudas lo haría, pero primero tenía que hablar con su novio. Tenía algo más importante que decirle a él que a John, porque los cambios de idea venían igual de rápido que los cambios de humor…

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El problema con estar sin Ringo por algunas semanas, era que Victoria ya comenzaba a aburrirse, y ahora a sentirse no solamente aburrida si no que también sola. El lugar se le hacía más grande sin él y por eso, se le ocurrió invitar a Joseph. El chico ya casi nunca la iba a ver por un nuevo trabajo suyo, pero esa tarde al recibir su invitación no dudo en llegar. Encontrándola pálida y un poco enferma.

-Parece que no estás tan bien. Dijo preocupado, una vez ella le pregunto cómo estaba
-No, me he sentido con nauseas todo el día y mareos
-Eso es raro. ¿Ya llamaste a un doctor?
-No, no creo que haga falta

No hacía falta adivinar que era lo que le ocurría, pero Joseph mejor no quiso ser fastidioso y mejor la siguió hasta su habitación desde donde se podía percibir un dulce olor a incienso y varias velas encendidas.
-¿Duermes en un colchón?. Pregunto sorprendido señalando lo que se suponía era su casa
-Sí, y es muy cómodo
-Claro…
-Estaba meditando pero no te preocupes ya iba a acabar
-Aun así discúlpame….veo que te está atrayendo toda esa nueva cosa de la India
-Bastante, es genial
-¿Ringo que dice?
-No mucho, solo me apoya…a él no le atrae tanto todo esto
-¿Y cómo se hace?
-¿Qué?
-Meditar

Si, le había dado curiosidad esa nueva cosa que hacia Victoria, así que ella complacida de por fin conocer a alguien que estaba algo interesado, lo sentó en el suelo, diciéndole que cruzara las piernas y se aprendiera el mantra que ella le iba a enseñar. Al principio a Joseph le pareció cosa de locos y de raros pero conforme pasaba el tiempo, ya no le pareció de esa manera y se concentro al máximo, poniendo muy feliz a la chica, hasta que la escucho levantarse rápidamente y tuvo que abrir los ojos…

-¿Estás bien?
-No, tengo que ir al baño

De nuevo las nauseas y esta vez sí fueron en serio ya que apenas llego al inodoro, empezó a vomitar, preocupando aun más a Joseph que al fin tuvo el valor de decirle lo que podía estar pasando, aunque se lo fuera a tomar a mal o se molestara con él.

-Creo que tienes síntomas de embarazo Vicky
-No inventes. ¿Yo embarazada?, jamás. Mascullo un poco asustada, provocando que él se asustara también por su respuesta
-No sé, solo deberías de ir a hacerte una prueba de embarazo. ¿Te ha venido el periodo?
-Pues…..no aun no

Embarazada ella, con apenas 20 años. Era una idea muy loca, más loca que todo el asunto de la meditación y esperaba que Joseph y sus síntomas se estuvieran equivocando….

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Finalizado  el tour por Alemania, los chicos se prepararon con resaca y cansancio, para partir hacia Japón. Paul que compartía la habitación con John, fue el primero en percibir sus ojos hinchados, pensando que podía ser por lo poco que durmieron. Sin embargo, al pensarlo un poco mas y ver en el espejo que él no tenía los ojos así, ni los demás. Se dio cuenta que tal vez algo no andaba muy bien con él, parándose a su lado cautelosamente para preguntarle si estaba bien.

 -Sí, estoy bien. Contesto con voz pausada, mientras comenzaba a meter un par de camisas a la maleta
-No parece, tienes los ojos muy hinchados
-Estoy bien Paul. Replico casi en un grito por lo molesta que le parecía la insistencia del chico
-Bien, lo que digas

No estaba bien, exteriormente sí, pero en su interior no y  no le apetecía que lo vieran débil, no ahora. Se había ido al hotel más temprano la noche anterior, para leer las cartas de Stuart y eso precisamente era lo que lo había afectado, porque no había terminado de leer la ultima cuando las lagrimas empezaron a brotar de sus ojos y permaneció llorando un gran rato. Por lo menos hasta el momento en que escucho a Paul volver....

-El que debería de preguntarte cosas soy yo. Dijo después de un rato de silencio entre ambos y de acordarse sobre lo de las cartas
-¿Por qué?, ¿Qué hice ahora?
-Rechazaste a una chica anoche. ¿Qué te pasa?, tu nunca haces eso
-Voy a cambiar John, mi matrimonio nunca va a funcionar si le paso siendo infiel a Mía
-¿Y no te arrepientes de haberla rechazado?
-Un poco, pero valió la pena

Sorprendido por las palabras de Paul, John mejor fue a abrir la puerta ya que alguien estaba tocando. Era Neil que les traía una novedad y no parecía ser una muy positiva.

-Hay un tifón en Asia, no podemos irnos a Japón
-¿Entonces qué haremos?. Pregunto Paul estresado
-Nos desviaremos a Alaska, el mal tiempo se irá pronto así que al día siguiente podremos irnos a Japón sin problemas
-¿Alaska?
-Si Alaska, así que pónganse sus mejores abrigos

Los problemas comenzaban pero ninguno se preocupo demasiado por este, ya que un avión los esperaba puntualmente para partir a Londres y de ahí a Alaska. Sin embargo, la parada en Londres no duraría mucho por lo que ni salieron del aeropuerto. Alaska seria un lugar diferente para todos y de eso el mismo George se dio cuenta, cuando ya iban  llegando, al asomarse a la ventanilla y ver las montañas, lagos y ríos. El lugar donde por fin habían ido a parar se llamaba Anchorage y en el hotel ya todo estaba listo para la venida del grupo. Las fans de la zona al darse cuenta de su llegada, llenaron las entradas y un Dj se ofreció a llevarlos a un tour por la ciudad. Nunca tiempo para dormir y menos para George que en el único momento a solas se dedico a mandarle una postal a Sarah. La única que le mandaría en  la gira y la única donde le diría que estaba bien…

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Para cenar, Mía invito a Thomas, aprovechando que Paul no estaba en casa y ya tenía su  momento de descanso merecido. Unas fotografías de Isabelle recién reveladas, descansaban en un mueble cercano al cuarto oscuro, junto con las fotografías suyas desnuda. No las había revelado por no querer verlas, pero el rollo ya comenzaba a empolvarse y era hora de echarles un vistazo, viendo que no eran estaban tan malas ni vulgares, si no bastante artísticas y buenas. Eso era por el momento lo único que tenia de Paul, pero Thomas la hizo olvidarse de eso al arribar a la casa, donde apenas la vio le entrego un ramo de flores y a Isabelle una paleta.
-Gracias. Dijo la niña, dedicándole una sonrisa
-De nada hermosa, disfrútala
-No debiste de traernos regalos. Dijo esta vez la chica muy apenada, oliendo los tulipanes que venían en el ramo
-Y tú no debiste invitarme apenas Paul se fue pero aquí todos rompemos reglas así que no importa

Era cierto, todos rompían reglas y pasaban por alto sus compromisos, así que mejor Mía lo hizo pasar al comedor donde ya la cena estaba servida. No se habían visto desde la noche que se acostaron, pero ese tema ni él ni ella lo quisieron tocar todavía, comiendo en silencio la mayor parte del tiempo, excepto cuando Thomas le dio curiosidad por preguntarle algo que había escuchado…

-¿Escuchaste que la prensa está diciendo que tu libro ha sido el culpable del incremento de consumo de esa nueva droga?
-¿Qué droga?
-LSD
-No, no lo había escuchado
-Lo leí temprano en el periódico
-Pues no me importa, no lo escribí con esa intención
-La gente es así, le gusta echarle la culpa a cosas que nada que ver
-Esa droga me da miedo Thomas, así que nunca pude haber escrito el libro con esa intención
-A mi también, pero algún día la probaremos, todos la probaremos. Estará en todas partes

Después de la cena,  Mía se fue a acostar a la niña, que se durmió al poco tiempo, permitiéndole bajar al jardín donde estaba el chico fumando un cigarrillo y observando con curiosidad las flores y las figuras de piedra que adornaban el lugar.

-Alicia en el País de las maravillas, interesante. Comento con interés, luego de escucharla venir hacia el
-Paul las compro para el cumpleaños de Isa que fue sobre ese tema
-No me extraña que le gusten esas cosas, teniendo dos padres tan creativos e inteligentes
-Lo se

Sin  embargo, el tema que evitaron toda la velada, tuvo que surgir tarde o temprano. Comenzándolo ambos al mismo tiempo, un poco sonrojados…

-Fue un error. Dijo él con la cabeza baja
-No fue un error Thomas, acostarme contigo jamás lo seria
-¿No?
-No,  yo no soy muy feliz y si piensas que fue por despecho, pues no lo fue. Tú me gustas
-¿De verdad?
-Si

En el radio, que Mía había acabado de encender, comenzó a sonar la canción favorita de ella, motivándola a hacer algo que él deseaba y ella también: besarlo. Dando comienzo a algo entre ambos; algo por fin realmente en serio.

…………………………………………………………………….

Cynthia miraba su reloj con insistencia, esperando a que Daniel terminara de bañarse y por fin ella poder decirle lo que venía queriendo decirle desde que regreso  de la casa de Mía. Finalmente había tomado una decisión y era una que tenía tantas ganas  de informarle; que al verlo salir del baño, no tardo en abalanzarse a él y darle un beso antes de decirle lo que quería decirle desde que lo conoció.

-Dan, si, me quiero casar contigo
-¿De verdad?

-Sí, de verdad…

jueves, 17 de octubre de 2013

Capitulo 81

En medio del aguacero y autos. Mía caminaba con paso rápido, mojándose por completo pero no importándole en lo absoluto. La seguía Paul que corriendo la logro alcanzar poco después de que ambos salieran de la oficina de Brian Epstein, prácticamente sin despedirse y ella muy enojada. La situación de la nueva paternidad, seguía perturbando la vida de ambos y Paul seguía en negación, sin embargo, Brian aun con el problema, los convoco a los dos a una reunión, donde con el abogado de Anita llegarían a un acuerdo financiero sin que la prensa se diera cuenta. Mía no estaba molesta por eso, en realidad, estaba feliz, lo que le molestaba era el hecho de que su esposo la siguiera maltratando verbalmente, con reproches y comentarios incómodos que ya la tenían en un límite.

Ya habían pasado tres semanas desde lo sucedido, al día siguiente Paul comenzaría con los chicos la nueva gira y Mía ya estaba ansiosa de que se fuera y la dejara en paz, sola de nuevo con Isabelle que estaba de vuelta en casa. Sin embargo, Paul ahora empezando a confundirse con los sentimientos que tenia hacia ella, la siguió fuera del edificio, como si no quisiera perderla, no otra vez; y como si con un beso esta se calmaría y todo se arreglaría. Un beso debajo de la lluvia que Mía correspondió casi en el acto y que la hizo separarse minutos después, mientras lo miraba a los ojos y el agua todavía caía sobre ellos.

 -¿Me amas?
-Si Paul, te amo
-Dímelo entonces, como aquella vez. Dijo un poco agitado, atrayéndola más hacia el
-Te amo. Musito Mía entre una lagrima confundida en gota de lluvia, bajando por uno de sus ojos
Era casi verano, ¿Por qué llovía?. Ella lo amaba, ¿Por qué él no lo hacía?. Sin embargo, la lluvia era pasajera, porque en unas horas el sol volvería a salir, y ese sentimiento suyo de no amarla, podía cambiar al igual que el clima, porque al igual que en la tarde anterior cuando el sol se apodero de la ciudad, unos años atrás había sentido un amor hacia ella muy profundo que podía volver, si no era que ya estaba ahí como el sol escondido tras esas nubes negras, queriendo salir.

Ella podía sacar a Lucille y el podía sacar tres amantes mas, pero las cosas no podían ser igual para siempre, todo tenía un límite al igual que la paciencia de Mía en esos momentos.

-Debemos irnos. Dijo ella de nuevo con un susurro
-Lo sé, pero Mía, después de volver, no quiero que todo siga igual
-¿Qué quieres decir?
-Deja a Lucille, de ahora en adelante no te volveré a ser infiel y espero que tu tampoco a mi

Sin entender demasiado bien, Mía asintió, dándole la espalda para buscar el Aston Martin y meterse en el. ¿Pero ya era demasiado tarde para tomar esa decisión?, ¿ya Mía estaba llegando a disfrutar de verdad ese libertinaje desenfrenado que ambos se permitieron y era demasiado tarde para Paul?...

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Con una despedida, tanto a su madre como a la ciudad, Cynthia emprendió su viaje a Italia, tratando de descifrar si haber ido fue una mala decisión. Desde que la chica de The Cavern le había contado lo de John y ella, su tranquilidad había desaparecido, porque no podía dejar de recordar momentos con John al principio de su relación y de cómo él, la había engañado tantas veces sin saber. Daniel no le preguntaba demasiado, pero estaba preocupado por ella y por eso solo el sabia que en realidad no irían a Italia, si no a otro lugar, donde ella podía quitarse las dudas que tenia encima.

-¿Tienes los tiquetes de tren a mano?. Pregunto la chica con curiosidad, queriendo comenzar algún tema de conversación
-Cyn, no nos vamos a Italia hoy. Contesto con voz pausada, esperando que ella no reaccionara mal
-¿No?, ¿A dónde vamos?
-A Londres
-¿Londres?, ¿para qué?
-Creo que es lo que necesitas ahora

En silencio, llegaron a la estación de trenes, con Cynthia indecisa en volver a Londres y Julian dormido en sus brazos. Al menos podría visitar a Mía y Sarah y quizás, buscar a John y hacerlo decir toda la verdad sobre las cosas que le oculto, porque aunque parecía algo muy inmaduro, lo necesitaba hacer para estar menos intranquila y que su pasado la persiguiera.

El paisaje, el movimiento del tren y el viento que entraba por la ventanilla, hicieron que los tres se durmieran parte del recorrido y que Daniel despertara sobresaltado al recordar lo que le pediría a Cynthia. Hacerlo en un tren era extraño y poco convencional, pero lo venia planeando por meses y creía que ya era hora. Pero ella seguía durmiendo, recostada a su hombro y sus ansias se volvían cada vez más poderosas. Terminando por levantarse y despertarla como fuera….

-Cyn, cariño, despierta
-¿Qué pasa?. Pregunto ella medio dormida, revolviéndose en el asiento
-Despierta, tengo algo que decirte
-Dan estoy durmiendo, mas tarde
-No, ahora…..por favor

Aun medio dormida, abrió los ojos poco a poco, encontrando al chico de rodillas  delante suyo con algo en la mano que a primera instancia no pudo identificar. Era un anillo, otro diferente que había acabado de comprar que había tenido guardado desde hace varios días cuando lo compro en Liverpool.

-Cyn, ¿te quieres casar conmigo?
-Pensé que ya habíamos discutido eso Daniel
-Lo sé y sé que ya te había dado otro anillo pero estoy desesperado Cyn, ya no puedo, de verdad quiero casarme contigo
-Pero no estoy lista y este no es lugar para discutir algo así
-¿Estás segura que es solo eso?

¿Era solamente eso el porqué no se quería casar con él?, no, no lo era. Había algo más que no podía decirle ahora, pero que se lo diría pronto y con ello, la decisión final de un matrimonio entre los dos….
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Decidida a arreglar por completo sus mal entendidos con Victoria. Sarah a como pudo, la llego a visitar en su nueva casa de campo, donde ahora estaba Ringo con ella, planeando una remodelación entera ya que el lugar estaba muy deteriorado. Victoria no esperaba la visita de la chica y menos sola, por lo que incomoda, la dejo pasar, disculpándose por el desastre con voz temblorosa y pensando en algo que decirle. Sin embargo, Sarah se le adelantaría, porque ella era la que quería disculparse y hablar. Tenía muchas cosas que decir y entre más pronto lo hacía, mucho mejor. Sentándose a su lado en un viejo sillón café, Victoria se dispuso a escucharla, muy apenada por lo que le había pasado con las fans y también muy apenada con ella misma por ser tan impulsiva e irse por lo que ella había dicho…

-Creo que no debí de tomar tan en serio lo que dijiste. Dijo Vicky con la cabeza gacha por lo avergonzada que todavía se encontraba
-Pero yo no debí decirlo, es estúpido tenerte celos
-¿De verdad me tenias celos?
-Un poco, era incomodo verte con George pero el te aprecia y debo de respetarlo

Riendo por lo gracioso que le parecía toda la situación. Invito a Sarah a caminar con ella por un bosque cercano que quedaba detrás de la casa. Era un lugar mejor para conversar mientras respiraban aire fresco y el encuentro no  se volvía tan incomodo….

-¿Crees que esas niñas también me odien?
-¿Cuáles niñas?
-Las fans de la banda
-Vicky, esas niñas nos odian a todas, incluso a Regina, pero es pura envidia
-No entiendo porque los aman tanto, es extraño
-Siempre ha así, siempre han sido unos rompe corazones
-George siempre estuvo enamorado de ti, ¿cierto?
-Creo pero no lo sé muy bien
-¿No?, a veces es muy obvio

Flashback:

- Ven George, siéntate, no seas tan tímido…
- Bueno  (sonriendo amigablemente)…
- Toca una canción para tu amiga Sarah , por favor…
-Está bien
En ese momento George se le queda mirando fijamente, Sarah  también, pero ella desvía el contacto visual y sintió como la sangre se le subía a las mejillas.

Sarah se sentía extrañamente, es como si su querido amigo, más bien dicho, su mejor amigo, conmovía su interior. No podía gustarle su amigo, el era como su hermano,  era absurdo…

-¿Te sientes bien?. Pregunto Victoria extrañada al ver como Sarah se había quedado callada

Ahora todo tenía sentido. George se había enamorado de ella esa tarde de 1957 cuando se quedaron solos en su sala. George siempre la había amado en el fondo así que Victoria tenía razón. Siempre estuvieron destinados a estar juntos y confusa pero feliz por ello, se despidió de la chica. Yendo a casa donde se fue en busca de algunas fotografías viejas que le confirmara su teoría, donde salía con George en Liverpool.  Para esos momentos, el chico estaba entrando en su casa, encontrando a Sarah en la habitación con un álbum de fotos en sus regazos bastante callada. Intrigándose de inmediato y no tardando en acercársele.

-¿Qué ves?
-George….¿te puedo hacer una pregunta?
-Claro
-¿De verdad siempre estuviste enamorado de mi?
-¿Por qué te mentiría?, es verdad sabes

No solo el viaje a la casa de Victoria le había ayudado a arreglar los malentendidos con ella, si no que había confirmado que lo que George le había dicho una vez, no era broma, si no verdad, una verdad muy profunda que hasta esos momentos el dejo de ocultar…

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 El nuevo disco, no solo implicaba grabar canciones tarde y noche, componer y dar ideas para las tomas. Para el nuevo disco debían de realizar e idear algunas cosas más fuera de lo musical y una de ellas era la portada. Al principio habian llamado a uno de sus fotógrafos para que la hiciera pero no quedaron satisfechos. Hasta que se les ocurrió llamar a su viejo amigo alemán Klaus Voormann que de inmediato viajo a Gran Bretaña, para mastarde  reunirse con ellos en Kenwood.  Para él, no iba a ser un gran reto hacerles la portada, en realidad se sentía listo para tomar el reto. A los chicos les gustaba su estilo, siempre les pareció un gran artista, por lo que era el momento ideal para demostrárselos. Sin nervios ni nada similar.

-Tal vez pueda poner algunas fotos alrededor de lo que haga y hacer como un collage. Comento mientras intercambiaban opiniones alrededor de una mesa con solo una mujer presente que era Regina
-¿Vas a hacerlo todo con fotografías?. Pregunto Paul no muy seguro y no entendiendo muy bien
-No, hare alguna clase de dibujo de los cuatro y alrededor pondré las fotografías
-¿Podrías hacer alguna prueba para ver como quedarían?
-Si, tal vez así podremos comenzar con los bocetos

Regina que era la única en tener papel y la lápiz de dibujo a la mano, fue a su estudio para prestarle a Klaus lo que necesitaba, sentándose en frente de John para dibujarlo primero a él en base a algo que tenía en la mente y en base a su estilo.

-¿Cuándo se van de gira?. Pregunto curioso para hacer tema de conversación
-En un par de semanas, ya grabamos los video clips de un par de canciones que hicimos. Contesto Ringo muy aburrido con un vaso de whiskey en la mano
-Regina ira a la de Estados Unidos. Replico John mirando a su novia que no estaba muy lejos
-Sera divertido
-Eso espero….

Al cabo de unos pocos minutos, Klaus finalmente termino, enseñándoselos y por primera vez poniéndose un poco nervioso. Sin embargo, a los cuatro e inclusive a Regina, les gusto mucho el resultado, ya imaginando como quedaría y lo mucho que les gustaría. No obstante, el tema del viaje a Alemania, no podía pasar por alto y el mismo Klaus fue el primero en comenzarlo tras escuchar cierto rumor.

-Escuche algo de Astrid, parece que tiene unas cartas de Stuart que quiere darle a John cuando estén en Hamburgo
-¿Cartas de Stuart?
-Sí, unas que no le pudo enviar y quedaron ahí

Escuchar esa noticia, no le causo mucha gracia a John que se quedo callado y distraído casi en el acto. No le gustaba hablar sobre Stuart y menos si algo de él lo esperaba al comienzo del tour…

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¿Crees que daba aceptar su proposición?
-Por supuesto Cyn, es un buen hombre. Contesto Mía con preocupación
-No sé porque pienso que es mala idea
-Quizás por la mala experiencia con John
-¿Tú crees?
-Pues si
-¿Te puedo ir a visitar?
-Por supuesto…

Desde que Cynthia se había ido del país, Mía y ella habian hablado muy poco por teléfono y después de escuchar como ella le decía al día anterior de volver a John que estaba en la ciudad, y le contaba lo de Daniel. Se preocupo pero se alegro de inmediato. La extrañaba y no veía la hora de enseñarle su nueva casa y ponerse al día frente a frente no por medio de cartas. Sin embargo, luego de la llamada, había algo mas por que ocuparse, algo totalmente ajeno a ella, porque esa tarde sería la cita con Paul en el dentista para que le arreglaran su diente quebrado. Lo tenía así desde el accidente en motocicleta en Diciembre y Brian lo había mandado a arreglárselo antes del tour y de eso se trataba el trato que habian hecho ambos. Paul no quería lucir nervioso, pero Mía sabía que si lo estaba y pareciéndole gracioso fueron hasta la clínica, donde casi ni se hablaron. Permanecía un poco molesta con él, por lo de su aparente paternidad y despecho, así que no le tendría compasión.

-¿Por qué sudas?. Pregunto contrariada, mientras estaban en la sala de espera
-Hace calor
-Yo no tengo calor sabes
-Pues yo si
-¿No estarás nervioso?
-No, ¿Por qué lo estaría?, no me van a hacer nada
-Eso justifica el porqué tardaste tanto en venir aquí

Incomodo por como Mía lo observaba y se reía del por lo bajo. Se levanto avisándole en voz baja que iría al baño. Faltaba poco para los hicieran pasar pero ella no pudiendo detenerlo lo dejo ir, extrañándose mucho al volver a ver su reloj minutos después y  no ver a Paul por ningún lado. Si tan solo hubiese podido meterse al baño de hombres, y exactamente eso fue lo que pensó e hizo al darse cuenta que era poco probable que la descubrieran.

Al entrar, no lo vio por ningún lado, suponiendo que podía estar encerrado en uno de los cubículos. Y así era cuando escucho como alguien estornudaba en el segundo.

-¿Paul eres tú?
-¿Mía qué haces aquí?
-Vine a ver si estabas bien, apúrate que ya casi es tu turno
-Sal, alguien puede verte aquí. Exclamo incomodo aun con la puerta cerrada
-Nadie lo hará, ahora sal tú, por favor
-¿Estás segura que el Doctor estar allí?, ha tardado mucho en llamarnos
-¿Tienes miedo cierto?
-No
-Entonces sal por un demonio. Mascullo histérica, golpeando la puerta con la mano

No teniendo alternativa, Paul al fin le hizo caso, agarrándole la mano para salir de allí y comenzando a sudar de nuevo cuando la secretaria les aviso que el doctor los estaba esperando ya. Mía tenía permiso de entrar con él y eso fue lo único que a Paul le alegro, ya que sin ella ni siquiera hubiera aparecido en el edificio.

-Sostenme muy fuerte la mano si te duele. Le dijo la chica a Paul, cuando el hombre lo mando a acostarse en una silla especial que tenia
-Bien

A partir de ese instante, las cosas salieron muy bien y rápido, Paul no se soltó de Mía a pesar de que prácticamente ningún dolor intervino y al fin tenía su diente arreglado y listo para salir de gira con él y dedicarle sonrisa a las chicas bonitas que lo llamaban, ganándose un golpe de su esposa cuando dijo eso en broma antes de salir del consultorio.

……………………………………………………………………

Semanas más tarde, al fin había llegado el momento definitivo de partir para comenzar con el tour mundial que los esperaba. El disco se suponía que ya estaba terminado y Klaus había quedado en mandarles la portada cuando estuviese lista. Ninguna de las chicas los acompañarían, pero Victoria llego con Ringo hasta el aeropuerto para despedirlo, comenzando a sentir un mal presentimiento que el también sintió…

-Espero que todo salga bien. Comento ella con preocupación como si algo malo hubiese pasado antes
-Yo también, creo que esta gira será diferente a las demas
-Llámame siempre, ¿sí?. No te preocupes por el horario
-Te traeré algo de Japón
-Con solo que no mires mucho a las prostitutas de Hamburgo, todo está bien
-¿Puedo prometer ambas cosas?
-Bien…

En esos instantes, escucharon la voz de Neil que le informaba a Ringo que ya debían de abordar el avión. A pesar de que todos estuviesen ya listos y solo esperaran a Ringo…

-Deséame suerte, creo que la necesitare. Dijo Ringo entre una risa, haciéndola reír a ella también
-Suerte, te extrañare
-Yo igual Vicky

En esos momentos, el chico comenzó a alejarse, después de darle un corto beso y seguirla con la mirada. Algo malo sucedería, Victoria estaba ya casi segura por el hueco que ya comenzaba a sentir en el estomago y como si algo que pocas veces decía, podría cambiar eso, le quiso gritar algo a Ringo antes de que desapareciera de su vista.


-Richard….te amo